El concepto de atención a la diversidad forma parte del vocabulario especializado en la educación.
Los pedagogos, maestros, profesores y teóricos de la educación en los últimos años han podido constatar un hecho muy frecuente en las aulas: cada grupo escolar está formado por alumnos muy distintos entre sí. Esta pluralidad en el alumnado hace que no sea conveniente utilizar una misma metodología de enseñanza para todos. Es necesario crear un método que pueda abordar el proceso de enseñanza y aprendizaje teniendo en cuenta la pluralidad entre los alumnos. Este método que presentan es la atención a la diversidad.
La idea principal de esta metodología educativa es enseñar al alumno teniendo en cuenta sus peculiaridades y diferencias personales. En un aula puede haber alumnos con alguna discapacidad física o sensorial, emigrantes, disléxicos, con déficit de atención, etc. No hay un perfil homogéneo en la realidad escolar y, en consecuencia, es preciso tener una estrategia para afrontar esta situación. Y la estrategia que se propone es, precisamente, la atención a la diversidad.
Los centros escolares, las autoridades educativas y el colectivo de profesores ponen en marcha una serie de medidas y procedimientos para atender a cada alumno en función de sus circunstancias personales. El propósito es que ningún escolar pueda estar excluido por ningún aspecto o circunstancia que le pueda discriminar. Desde el punto de vista educativo, este enfoque pretende la plena inclusión de todos los alumnos en el sistema escolar.
La inclusión como objetivo, siempre
En lineas generales hay un acuerdo a la hora de valorar positivamente la atención a la diversidad. Intenta corregir los índices de exclusión social, reducir el fracaso escolar y, sobre todo, ser respetuoso con los aspectos singulares que rodeen o afecten a un niño en su etapa educativa. Sin embargo, hay quienes consideran que la atención a la diversidad tiene algunos inconvenientes. La crítica más común se refiere al hecho de que el perfil mayoritario del alumnado deja de atenderse parcialmente porque una minoría debe ser atendida. Otra de las críticas es la idea de que los niños deben compartir su vida escolar entre iguales, por lo que un alumno discapacitado tiene que estar con otros igualmente discapacitados, un emigrante con otros emigrantes y así sucesivamente.
Lo que resulta indiscutible es la pluralidad del alumnado en la mayoría de países. Si vivimos en un mundo globalizado, es lógico que esto se manifieste en la realidad de un centro escolar. La atención a la diversidad implica que un sistema educativo tiene en cuenta que si bien no todos somos iguales, sí todos tenemos los mismos derechos.