Biografía de Alberto Fernández

Nació en Buenos Aires. Su madre se separó de su padre cuando él era muy pequeño y se casó con el juez Carlos Galíndez a quien consideró su padre. A su papá biológico lo trató en pocas oportunidades.

Se crió en el barrio porteño de La Paternal, donde hizo sus estudios primarios y secundarios, y también nació su fanatismo por el club de fútbol Argentinos Juniors.

En la escuela secundaria Mariano Moreno tomó contacto con la política asumiendo como delegado estudiantil.

Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Comenzó su militancia política, primero en las filas del Partido Nacionalista Constitucional, liderado por Alberto Asseff, y más tarde se afilió al Partido Justicialista.

Tras recibirse de docente, se desempeñó como profesor adjunto de la cátedra Derecho Penal y Procesal, que dictaba Esteban Righi, ex Procurador General de la Nación, en la Facultad de Derecho de la UBA.

Luego asumió al frente de la materia Teoría General del Delito y Sistema de la Pena.

Actuó como conjuez en un juzgado de la localidad bonaerense de San Isidro.

Arrancó su carrera en la función pública, durante la gestión de Ricardo Alfonsín, como Subdirector General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía.

Es nombrado Superintendente de Seguros de la Nación durante la presidencia del peronista Carlos Menem.

Saltó a las huestes del gobernador bonaerense Eduardo Duhalde, enfrentado ya a Menem, y fue designado al frente de una compañía que dependía del Banco Provincia y que más tarde, junto a otras, formaron el poderoso grupo de la banca provincial Bapro.

Fue vicepresidente del Grupo Bapro.

Desplegó el cargo de tesorero, a instancias de la campaña presidencial de Eduardo Duhalde, para las elecciones de 1999, en las cuales, finalmente, Duhalde, salió derrotado ante el candidato opositor Fernando De la Rúa.

Formó e integró el Grupo Calafate, junto a otros dirigentes peronistas como: José Octavio Bordón y Julio Barbaro, entre otros, que tuvo por objeto crear una línea interna y alternativa dentro del partido justicialista en oposición al menemismo.

El grupo apoyó en 1999 la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde, y en 2003 la de Néstor Kirchner.

Fue elegido legislador de la ciudad de Buenos Aires por la alianza Encuentro por la Ciudad, que encabezó el ex ministro de economía Domingo Cavallo.

Fue jefe de campaña de Néstor Kirchner en las elecciones que consagraron a este último Presidente de la Nación.

Se desempeñó en el cargo de Jefe de Gabinete de Ministros, durante la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007), y tan solo meses, en el inicio de la de Cristina de Kirchner.

El conflicto con el campo, sumado a la muy tirante relación con la entonces presidenta, decidieron su renuncia al cargo, y posteriormente se alejó del kirchnerismo.

Es elegido Presidente del Partido Justicialista porteño.

Fue un implacable crítico de la gestión de Cristina Fernández, a quien acusó de antidemocrática y de presionar insistentemente a la justicia, entre otras cosas.

Colaboró y formó parte del círculo íntimo de asesores del por entonces también opositor al kirchnerismo, Sergio Massa, quien este año se presentó como candidato a presidente y compitió contra el kirchnerismo.

Fue jefe de campaña de Florencio Randazzo en las elecciones legislativas de este año.

Decidió acercarse e hizo las paces con Cristina Kirchner, con el objetivo de derrotar al por entonces presidente Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2019.

También, sumó al acuerdo a Sergio Massa, otro dirigente que se había distanciado de Cristina Kirchner y tenía una visión crítica de su gobierno.

Cristina Kirchner sacudió el tablero político al anunciar la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner para las elecciones presidenciales.

El perfil moderado de Fernández fue la atracción de Kirchner para sumarlo a la fórmula de la flamante alianza Frente de Todos, y así regresar al poder luego de 4 años.

Asumió como Presidente de la Nación tras derrotar en las elecciones a Mauricio Macri, por entonces presidente en ejercicio.

El contexto socio-económico en el que asumió el cargo fue muy complejo: recesión, desempleo, caída de inversiones y altísima inflación.

El mundo se declaró en pandemia por el coronavirus, y Argentina no fue la excepción. Para evitar una catástrofe sanitaria instauró un rígido aislamiento para toda la población que terminó asfixiando aún más a la economía y a la sociedad.

Si bien al inicio su política sanitaria fue elogiada, hecho que subió a niveles magníficos su popularidad, la insistencia por mantener la cuarentena estricta: sin actividad económica prácticamente, ni clases presenciales, terminaron por hacer colapsar su imagen y su gestión.

Surgieron problemas internos en la alianza que integra, especialmente fricciones con la vicepresidenta, a quienes todos señalaron como la verdadera dueña del poder.

Se sumaron más escándalos y tragedias en torno a la pandemia y la cuarentena que afectaron la credibilidad e imagen de su gobierno.

Se descubrió por la prensa un vacunatorio VIP que funcionó en un hospital público donde se vacunaron a diversos funcionarios, que, por edad y estado de salud, no les hubiese correspondido recibir antes que a otros ciudadanos la vacuna contra el covid.

Salieron a la luz sus participaciones en fiestas y reuniones sociales clandestinas, organizadas en la quinta presidencial de Olivos, mientras estaba en plena vigencia el decreto presidencial que prohibía los encuentros sociales y la libre circulación.

Las imágenes, fotos y videos, que se difundieron celebrando el cumpleaños de su pareja, Fabiola Yáñez en pleno aislamiento estricto y sin distanciamiento social, causaron estupor e indignación entre los argentinos.

Su gobierno perdió las elecciones legislativas frente a la alianza Juntos por el Cambio.