Se produce una situación de acoso cuando un individuo presiona, coacciona u hostiga a otro de manera insistente y en contra de su voluntad. En todo acto de estas características hay dos posiciones: quien actúa como acosador y la víctima.
A nivel sexual
Las mujeres son normalmente las víctimas de este tipo de situaciones. Si una mujer es sometida a algún tipo de coacción para mantener relaciones sexuales pierde su libertad y su dignidad personal está siendo gravemente amenazada. Esta modalidad de acoso es considerada como una forma de violencia.
Maltrato escolar o bullying
En las aulas algunos niños son hostigados por sus compañeros. La víctima del bullying generalmente siente miedo e inseguridad como consecuencia de las agresiones físicas y psicológicas. Este fenómeno presenta una gran complejidad y para combatirlo se han puesto en marcha campañas de concienciación y estrategias educativas.
Acoso laboral o mobbing
En estos casos el hostigador se ensaña con su víctima con el fin de provocarle algún perjuicio personal o laboral. Quien acosa puede activar estrategias muy diversas, como manipular información, difundir rumores falsos o desacreditar a su víctima. Como es lógico, la víctima de acoso se siente agredida y amenazada.
El ciberacoso o ciberbullying
Las redes sociales son una herramienta de gran utilidad para todo tipo de situaciones, pues facilitan la comunicación en muchos sentidos. Sin embargo, hay personas que utilizan estas plataformas para hostigar a los demás con algún fin perverso.
En la mayoría de estos casos, el acosador se esconde en el anonimato a través de un nombre falso y esta circunstancia hace que su víctima desconozca quién es realmente la persona que le hostiga.
En este fenómeno online hay una particularidad: la magnitud del problema se multiplica significativamente. En otras palabras, hay un acosador o acosadores, una víctima y un número de espectadores que contemplan la situación de acoso.
Independientemente de la modalidad del acoso, es importante que la víctima pida ayuda
En las distintas formas de acoso la víctima sufre psicológicamente y, en consecuencia, se encuentra desvalida. Los expertos en estos fenómenos recomiendan pedir ayuda para solucionar el problema.
En situaciones de acoso sexual, la petición de ayuda puede dirigirse a una asociación de mujeres.
Si la víctima es un estudiante, es posible solicitar el amparo de los padres y de los educadores del centro escolar.
En caso de mobbing o del ciberacoso, es recomendable solicitar algún tipo de asesoramiento legal y, paralelamente, denunciar la situación a la policía.