De alguna manera todas las personas buscan una estabilidad en su vida, tanto en lo emocional como en lo económico o en el ámbito profesional. Cuando se ha logrado y consolidado dicha aspiración es muy probable que se experimente una sensación de rutina y monotonía en la que hay un comportamiento neutro. Al darse esta situación uno se encuentra en la zona de confort. No se trata de ningún lugar sino de un estado psicológico en el cual el individuo no se encuentra ni estimulado ni abatido. Se podría decir que en la zona de confort se ha alcanzado una comodidad que está asociada a la pasividad, a la inercia y a la falta de proyectos.
Hay que salir de la zona de confort
Los psicólogos y expertos en coaching pueden ayudar para que no nos acomodemos en nuestra zona de confort, un esquema vital aparentemente satisfactorio pero que en el fondo es sinónimo de conformismo.
A través de unas técnicas de comunicación y verbalización, el coaching y la psicología son disciplinas que proponen herramientas para que encontremos en nosotros mismos la motivación y el estímulo para salir de nuestro nido particular de seguridad mental y buscar nuevos retos que para sentirnos vitales y protagonistas de nuestra existencia.
Cada individuo tiene su propia zona de confort, algo que de manera a veces inconsciente se ha ido creando con el paso del tiempo. La tentación de permanecer en ella es grande, porque en principio el confort es algo agradable y cómodo. Pero ese mismo confort ejerce una fuerza contraria y nos va relajando mentalmente hasta el punto de perder la motivación. Quien se encuentra en su hábitat neutral vive sin miedos y tiene una cierta seguridad interior, aunque al mismo tiempo se ha adentrado en la rutina, en lo fácil, en aquello que ya conoce de antemano. Es posible escapar de esta «trampa» e iniciar un camino de crecimiento personal
Cómo salir de la zona de confort
En primer lugar, debe ser uno mismo quien decida superar su comodidad engañosa. En segundo lugar, se trata de que cada uno se autoanalice sin mentiras ni excusas y partiendo de una actitud abierta y sin prejuicios. El siguiente paso sería determinar qué se quiere conseguir o, en otras palabras, establecer un objetivo vital estimulante. Por último, es conveniente adoptar una estrategia para dirigir el rumbo hacia los nuevos objetivos (en este sentido los especialistas insisten en la importancia de crear nuevos hábitos personales).
El concepto de zona de confort nos recuerda una idea: que somos lo que decidimos ser. Si realmente queremos permanecer en un estado mental plano y estable (la zona de confort) lo debemos hacer porque esa es nuestra aspiración. Si por el contrario estamos atrapados en una comodidad vacía vale la pena salir de ella y buscar nuevos horizontes.