Biografía de Winston Churchill

Nació en el Palacio de Blenheim, en la localidad inglesa de Woodstock, en el seno de una acaudalada familia de la aristocracia inglesa. Su padre también fue un destacado político inglés y miembro del parlamento, mientras que su madre, la hija de un adinerado empresario norteamericano. Su madre fue amante del rey Eduardo VII.

Su infancia estuvo marcada por la ausencia de sus padres que les encargaron su crianza a las niñeras, cuestión que más tarde confesó le dolió y afectó gravemente su desarrollo.

Fue un hombre muy sensible al que no le costó emocionarse y llorar.

Fue ingresado al internado St. George’s School donde destacó por su mal comportamiento.

Fue trasladado a la Escuela Brunswick, en la cual mejoró en conducta y en resultados académicos.

Comenzó a estudiar en Harrow, para prepararse para una futura carrera militar como deseaba su padre.

Estudió en la Real Academia Militar inglesa Sandhurst. La tercera fue la vencida, quedó seleccionado en su tercer intento.

Se integró al ejército británico. Participó como militar al servicio de su patria, en las campañas en Sudán y en Sudáfrica, en Cuba y en el norte de la India.

Fue un gran deportista y resultó campeón en esgrima y en polo.

Fue corresponsal de guerra y cubrió varios enfrentamientos bélicos de ese tiempo, en Cuba, India, Sudán y finalmente en Sudáfrica, donde el imperio inglés luchó, contra los colonos bóers, por el dominio territorial.

Cayó en una emboscada en el medio del conflicto inglés sudafricano. Fue detenido y enviado a un campo de prisioneros en Pretoria del que pudo escapar tras una larga y compleja aventura.

Fue una de sus vivencias más populares, especialmente por el discurso que improvisó en el puerto de Durban, cuando consiguió el pasaporte a su libertad.

Comenzó su militancia política en el Partido Conservador y fue elegido diputado.

Asumió como diputado e integró las filas del Partido Liberal hasta 1924.

Fue presidente de la Junta de Comercio, convirtiéndose en el integrante más joven del gabinete del primer ministro Herbert Asquith.

Se casó con Clementine Hozier, a quien le llevaba 10 años y con quien tuvo 5 hijos.

Fue ministro del interior, también durante la gestión de Asquith, cargo que ocupó hasta 1911.

Asumió como primer Lord del Almirantazgo, el ministerio que gestionó la marina real inglesa.

Fue nombrado ministro de municiones, por el premier Lloyd George, que suplantó a Asquith tras su renuncia.

Actuó como secretario de estado para guerra, también en el gobierno de George.

Llegó otro cargo: secretario de estado para las colonias, que, como su denominación lo dice, tuvo a su cargo la responsabilidad de administrar las colonias inglesas.

Retomó la militancia en el Partido Conservador.

Se desempeñó como canciller de hacienda, puesto que ocupó hasta 1929, durante el gobierno de Stanley Baldwin.

Se opuso a la aplicación de sanciones a Mussolini tras la invasión a Etiopía, e incluso, defendió un acuerdo.

Apoyó la neutralidad que el primer ministro inglés Chamberlain asumió ante el estallido de la Guerra Civil española. Esto se explicó por la antipatía que se supo le despertaron los republicanos españoles

Ocupó el cargo de primer ministro de Inglaterra hasta 1945. Sus primeros días en la función estuvieron marcados por una imagen deslucida de parte de la opinión pública, configurada en sus largos años en la política inglesa, de los cuales se recordaban más sus desaciertos que sus aciertos.

Dirigió el Partido Conservador.

Realizó notables esfuerzos, incluso, entregándoles oro, para que los partidarios de Francisco Franco, ni el mismo Franco, apoyasen a Hitler, porque estaba seguro de que, de hacerlo, se corría un cierto riesgo que bloqueasen el paso de la marina británica por el estrecho de Gibraltar, dificultando la llegada de los ingleses a Oriente Medio y la obtención de petróleo.

Se enfureció con el congreso nacional indio cuando éste afirmó que frente a la invasión japonesa a India solo podían presentar una resistencia pasiva. En una muestra clara de esa hilarante contradicción que lo caracterizó, manifestó su aversión respecto de los indios, a quienes calificó de pueblo bestial y adepto a una religión animal. Pero, por otra parte, cuando lucharon unidos a los soldados británicos, los trató de héroes gloriosos.

Cayó su gran enemigo Hitler y finalizó la Segunda Guerra Mundial. Gran Bretaña y el resto de las potencias aliadas derrotaron a Hitler.

Lideró la oposición tras la derrota conservadora.

Volvió a ocupar el cargo de primer ministro de Inglaterra hasta 1955, año en que renunció por sus problemas de salud.

Ganó el Premio Nobel de Literatura por su destreza en la descripción histórica y biográfica, y por su magnífica oratoria. Su obra cumbre fue La Segunda Guerra Mundial, que constó de seis volúmenes, y atraviesa la historia desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta 1945.

Le entregaron la ciudadanía honoraria de los Estados Unidos.

Falleció en la capital inglesa, Londres, a los 90 años. Las autoridades le brindaron un funeral de estado que reunió unas 300 mil personas en la despedida.

Su influencia, sus características personales y políticas tan singulares, lo erigieron en un personaje digno de ser estudiado una y mil veces. Y así lo fue, por diversos autores que escribieron su vida y aportes.

El cine también se vio atraído por su figura, y recientemente se han estrenado algunas producciones que abordaron su obra: El instante más oscuro de 2017; la serie de Netflix The Crown (2016/2017); Malditos bastardos de 2009; y Churchill’s secret de 2016.