Se denomina volumen a una magnitud que mide el espacio que un cuerpo determinado ocupa. Este tipo de definición implica hacer una valoración tridimensional de dicha magnitud. Las unidades de volumen pueden ser varias, pero por convención suele utilizarse el metro cubico para dar cuenta del volumen de un cuerpo determinado. Otra acepción del término volumen remite a la percepción que se tiene de la intensidad de un sonido; este es un concepto utilizado generalmente en dispositivos asociados a la amplificación de éste.
Los cuerpos se caracterizan por ocupar una porción de espacio. EL volumen es la forma en que medimos esa condición. No obstante, esta dista de ser equivalente en cualquier circunstancia. En efecto, los materiales pueden cambiar el volumen que tienen. Un claro ejemplo de esta circunstancia se evidencia cuando a éstos se los expone a diferentes temperaturas. En ese momento puede observarse como a mayor calor, los cuerpos tienden a aumentar su volumen; por el contrario, si se enfría un material, este tiende a ocupar un volumen menor. Este tipo de circunstancia se explica porque las partículas que componen un determinado material se mueven de modo imperceptible a los ojos humanos, y este movimiento aumenta con el calor; en efecto, esto explica la relación existente entre energía calórica y energía cinética. En los gases, este tipo de situación, es decir, la relación existente entre la temperatura y el volumen está explicada por la denominada ley de Charles; cabe señalarse que esta relación se considera teniendo una presión constante.
Cuando se habla del sonido, el volumen refiere a la intensidad con la que una persona lo capta. Esto significa que depende no solamente de la llamada sonoridad, de la cualidad física del mismo, sino también de la captación que subjetivamente se tiene de éste. Obviamente, a mayor sonoridad, mayor será el volumen de un determinado sonido; esto explica el hecho que sea esta la magnitud utilizada en dispositivos de audio. El volumen concebido de esta manera se mide en decibeles. Esta medida refiere a los distintos rangos audibles que el oído humano tiene: en efecto, pueden existir sonidos imperceptibles para el oído humano y tendrán una referencia de cero decibeles, pero los mismos podrían ser oídos por otros animales; para el hombre, cero decibeles es el umbral de audición posible.
Como se ha expuesto, el término se aplica a conceptos distintos, pero que tienen en común el hecho de referir a una magnitud.