Voluble es un adjetivo que se aplica fundamentalmente a personas, tratando de aludir con el mismo una falta de constancia en las decisiones que las mismas toman. En este sentido se concibe como una característica personal que hace que sea difícil mantener una posición firme a lo largo del tiempo. Por lo general, las personas que dan cuenta de esta forma de ser tienen dificultades para mantener relaciones afectivas duraderas, como asimismo para establecer proyectos a largo plazo. Dada estas circunstancias, es importante una toma de conciencia y el establecimiento de metas estables y razonables de corto plazo para ir cambiando paulatinamente los hábitos.
La vida adulta contempla la aceptación de compromisos y el establecimiento de ciertas reglas básicas de previsibilidad. Esta circunstancia hace que los individuos volubles tengan dificultades en lo que respecta a su desarrollo personal a lo largo de su vida. En efecto, mantener una pareja, terminar una carrera, o simplemente cumplir con las responsabilidades del trabajo implica mantener una cierta disciplina en las acciones que se toman. En otras palabras, cualquier tarea que requiera cierto tiempo para su ejecución debe hacerse sobre la premisa de cierta constancia, desarrollando para ello una serie de hábitos acordes a dichas responsabilidades. La volubilidad hace que la persona se mantenga alejada de mucha de sus potencialidades, llevándola de un interés a otro con suma facilidad y sin ninguna coherencia.
Paradójicamente, la volubilidad se relaciona más con una falta de valoración de las necesidades propias que de las ajenas. En efecto, esta inconstancia por lo general se debe a una poca valoración propia que hace que se dejen de lado proyectos y metas que serían beneficiosas para uno mismo. Es por ello que sería poco inteligente hacer una evaluación superficial de estas características de una persona; en efecto, la mayoría de las veces esta situación se debe a una falta de amor propio antes que a una dejadez con respecto a las necesidades de los demás, hecho que hace necesario que la persona haga una profunda introspección que dé cuenta de sus necesidades y deseos más profundos. Una vez realizado este trabajo, lo importante es desarrollar hábitos que sirvan para generar las competencias y aptitudes que nos acercarán a la consecución de metas que satisfarán estos deseos. Lo restante es trabajo y más trabajo, siempre paulatinamente pero sin descanso, de forma tal que este desarrollo sea una parte más de nuestra vida.