En la comunicación y en cada idioma existen elementos que son utilizados para designar diferentes cosas. Por ejemplo, los sustantivos sirven para designar objetos, cosas o elementos abstractos. Los adjetivos califican y dan cualidades a esos objetos o ideas y los verbos sirven para marcar acciones que se realizan. Así se pueden armar frases como por ejemplo «Ana pintó el enorme cuadro sola». En esa oración, el verbo es la acción de pintar. En este caso hablamos de un verbo regular, pero también hay en cada idioma verbos que no se conjugan según las reglas y a esos se los llama irregulares.
La conjugación de los verbos es parte esencial del idioma
Los verbos son acciones que pueden ser realizadas por distintas personas y en distintos momentos temporales. Así, es necesario conjugarlos para que las frases que uno habla o escribe ganen completo sentido. Si nosotros dijéramos «Ana pintar el enorme cuadro sola» sabríamos que estamos haciendo referencia a una situación particular, pero no sabríamos cuándo la misma toma lugar porque el verbo no está conjugado.
Al mismo tiempo, si la frase fuera en su lugar «Pintar el enorme cuadro» no sabríamos ni el tiempo en que ocurre la acción ni tampoco el sujeto o quién la realiza porque no ha sido conjugado en términos de la persona. Es por esto que la conjugación de los verbos es una parte central para comprender lo que decimos. En el caso del castellano los verbos se adecuan a la regla del «amar-temer-partir» que son los tres ejemplos oficialmente elegidos para conjugar verbos terminados en -ar (como cocinar, llamar, hablar), verbos terminados en -er (como romper, correr, enloquecer) y verbos terminados en -ir (como en sentir, parir, corregir).
La conjugación en los verbos regulares
Todos los idiomas tienen verbos que se conjugan de acuerdo a determinadas reglas sin excepción. A estos verbos se los conoce como regulares y siguen todos la misma regla: se conjugan siempre igual según el tiempo verbal o la persona.
Por ejemplo un verbo regular es amar, que se conjuga según tiempo y persona de acuerdo a las reglas. Este verbo se conjuga de manera regular como otros y por eso son los primeros que se aprenden.
La conjugación de los verbos irregulares
En cuanto a los verbos irregulares, estos son aquellos que se conjugan de un modo diferente en algunos de los tiempos verbales o personas. Ejemplos de verbos irregulares serían bendecir (que en pasado se conjuga «bendije» en lugar de bendecí), morir, poner, poder, entre otros.
Las características de estos verbos es que se conjugan de modo distinto a la regla por lo cual hay que prestar atención a la hora de usarlos cuando se aprende el lenguaje.
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