Verdad y mentira son dos conceptos básicos para entender la realidad. Una afirmación puede ser verdadera o falsa y para saberlo se ponen en marcha criterios, pruebas o datos que lo demuestren. En principio, la verdad exista cuando hay una correspondencia entre lo que se afirma y los hechos mencionados. Y la veracidad es todo aquello que tiende hacia la verdad.
La veracidad tiene un componente moral, en cuanto que es la predisposición a decir la verdad y defenderla en un sentido amplio. No hay que confundirla con la verosimilitud, que es la apariencia de que algo sea verdadero.
Las personas sinceras, honestas y francas toman como referencia la idea de veracidad y, al mismo tiempo, evitan la falsedad, la mentira o la hipocresía.
No sería totalmente correcto afirmar que veracidad es igual a bueno y falsedad implica algo malo. Hay circunstancias paradójicas donde este tipo de formulación no es válido.
El ser humano busca la verdad de las cosas, quiere saber qué son, cómo funcionan o para qué pueden servir. Por lo tanto, tenemos una actitud natural que nos empuja a comprender la realidad. Se podría decir que deseamos la verdad, no por una cuestión moral sino por estricta necesidad. Al conocer un elemento, podremos beneficiarnos de él. Esta actitud que tenemos en relación con la verdad es precisamente el elemento esencial de la veracidad.
La veracidad como actitud implica que aquello que se supone que es verdadero lo es de manera presunta, pues podemos estar equivocados por algún motivo. Hay que tener en cuenta que la verdad no es algo absoluto ( salvo en algunas cuestiones como las matemáticas ), sino que tiene un carácter relativo, es decir, lo que para unos es cierto para otros no lo es. En consecuencia, la veracidad es el anhelo de alcanzar aquello que, en principio, es cierto.
Hay situaciones en las que la veracidad tiene un valor específico. Un contrato legal parte de la noción de que las cláusulas son ciertas y que el propósito de lo que se establece en ellas es veraz y no hay razones ocultas de ningún tipo. Algo similar ocurre cuando alguien nos dice algo, pues normalmente le otorgamos credibilidad, confiamos en lo que nos trasmite, lo cual significa que creemos en la buena fe de sus palabras, en la veracidad de las mismas.
En la actividad periodística, la objetividad es un criterio necesario para que la comunicación sea fiable y la objetividad es una manera de expresar la veracidad.