Cuando se habla de valores universales, nos referimos a ciertos comportamientos que nos describen como humanos y nos distinguen de otras especies animales. El no cumplimiento de las mismas, nos hace moralmente menos humanos, aunque física y biológicamente seamos los mismos. Este conjunto de reglas nos permite convivir, relacionarnos con nuestros semejantes, interactuar, etc… pero sobre todo su cumplimiento ayuda a que como individuos seamos capaces de vivir en sociedad o relacionarnos con nuestros congéneres.
Los orígenes de los valores universales se remontan a la antigua Grecia, donde filósofos como Platón, Aristóteles o Sócrates, que son referentes a nivel histórico, comenzaron a plantearse cuál era el propósito o la razón de la existencia de los seres humanos, buscando normas o bases para que la sociedad pudiera vivir en armonía y equilibrio. Platón pensaba que la mejor manera de conseguirlo, era siendo buenas personas cada día, consiguiendo de esta manera ser más felices y pudiendo desarrollarse el ser humano en su total plenitud. Valoraba mucho el autocontrol, porque nos permite evitar lo que no se debe hacer o no es correcto. Así mismo animaba a que se trabajara la belleza y la justicia.
Los valores universales nacen de pensadores griegos
Por otra parte, Aristóteles opinaba que la base era el conocimiento y que cuanto más conocimiento poseyera el hombre, más bien podría hacer, permitiéndole cada vez distinguir mejor el bien del mal, en relación a las acciones cotidianas. Por lo tanto, cuanto más sepa el hombre, cuanto más intelectual se vuelva, podrá hacer el bien, porque lo conocerá y no por lo que crea que realmente es lo correcto, consiguiendo así sabiduría en el proceso. Todo esto conseguirá en el ser humano la sensación de felicidad anhelada, permitiendo que unos y otros convivan equilibradamente. Para conocer a Sócrates tenemos que recurrir a Platón y sus escritos, ya que este era su discípulo. Opinaba que la mejor forma de conseguir una buena y correcta relación entre seres humanos, era tener una buena conducta ética, que permitiría que el hombre tuviera una mayor estabilidad durante el relativismo sofista que reinaba en ese momento. Estos tres pensadores son la base de los Valores Universales.
Si los orientamos a la sociedad en general, nos encontramos con la solidaridad, la honradez o la responsabilidad, pero sobre todo la integridad personal. Son unos valores que permiten la existencia pacífica entre congéneres, buscando que todos ellos tengan los mismos derechos y deberes a la hora de cumplir normas y leyes. Obviamente el ser mala persona o no ser solidario, no provoca que se incumpla ninguna ley, pero si que se genere un mal ambiente que entorpezca el correcto funcionamiento del engranaje que existe para poder convivir.
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