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Definición de Tobas (Qom)

Mercedes Roch
Lic. en Historia

El pueblo toba o qom, perteneciente a la familia lingüística de los guaycurúes, fue uno de los primeros en habitar la región del Gran Chaco. Si bien por mucho tiempo se los reconoció por el nombre “toba”, vocablo proveniente del pueblo vecino guaraní que peyorativamente los llamaba “frentones” porque se afeitaban las cejas, ellos se reconocen a sí mismos como “qom” que significa “persona” en guaycurú.

Desde sus primeros contactos con el hombre blanco, los qom fueron diezmados tanto por los conquistadores españoles como por el Estado argentino. A pesar de ello, en la actualidad hay alrededor de 120.000 personas que se reconocen como miembros de la comunidad, siendo entonces el segundo grupo étnico más grande de Argentina. No obstante, las condiciones de precariedad en las que viven, marcadas por la desnutrición y por la falta de asistencia médica, están provocando un descenso notable de su población.

Origen, territorio y masacre

El pueblo qom es de origen nómade, es decir que en sus inicios, sus miembros se trasladaban por el territorio en busca de alimentos que obtenían principalmente de la caza, la pesca y la recolección. La organización de dichas tareas estaba regida bajo el principio de la división sexual del trabajo, por la que los hombres se encargaban de conseguir las presas, mientras que las mujeres recolectaban los frutos.

Al momento de la llegada de los españoles, el pueblo qom habitaba la zona del Gran Chaco, territorio que abarca regiones de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil. Los primeros contactos con los conquistadores, en el siglo XVII, fueron violentos, ya que los extranjeros buscaban un paso hacia el territorio incaico y atacaban a la población qom que resistía a la ofensiva. No obstante, hubo un elemento propio de la transculturación que se volvió clave para la vida de la comunidad: la incorporación del caballo. Esto fue así porque los qom aprendieron a montar rápidamente e hicieron de los caballos una herramienta de supervivencia del pueblo, ya que, por un lado, los utilizaron para realizar malones y atacar a sus enemigos, y por otro lado, desde los caballos y usando el arco y la flecha, cazaban tanto animales autóctonos como ganado de los españoles.

Si bien se caracterizaron por oponer gran resistencia a la conquista, con el avance del Estado nacional argentino a partir de 1880 y las campañas militares para conquistar el llamado “desierto”, el pueblo toba se vio diezmado. Es de destacar que no solamente se los capturó y asesinó, sino que también se redujeron sus territorios, lo cual se tradujo en una dificultad para sobrevivir ya que eso limitaba el acceso a los recursos alimenticios.

Por otro lado, un nuevo avance del Estado en julio de 1924, durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear, asistió a la Masacre de Napalpí por la que fueron asesinados 200 qom que se resistían a la toma de sus tierras, las cuales se iban a destinar a la fundación de colonias agrícolas para las poblaciones migrantes extranjeras. Esta masacre fue reconocida por el Estado en 1954, durante el gobierno de Perón, y se estableció que se les restituirían 300.000 hectáreas para que las utilizaran en propiedad comunal. No obstante, el golpe de Estado de 1955 revocó la medida y subastó dichas tierras.

Presente poblacional-geográfico

Hoy en día, según el Censo Nacional de 2010, en Argentina hay alrededor de 126.967 personas que se reconocen a sí mismas como parte de la comunidad toba. Con esa cantidad de habitantes, se trata del segundo grupo étnico más populoso del país, antecedido por el pueblo mapuche. La mayoría de ellos habitan en Formosa, Chaco, Santa Fe y Salta. Asimismo, la migración forzada, provocada por el desmonte de la zona o el uso comercial de las tierras para monocultivos como la soja, dio origen a asentamientos tobas en otras regiones como el Gran Rosario y el Gran Buenos Aires.

Quienes aún siguen habitando sus territorios originales, viven en comunidades rurales que persisten gracias a la agricultura de subsistencia y a la producción de artesanías. Este estilo de vida les ha permitido preservar sus costumbres y su lengua nativa hasta la actualidad.

Si bien en los últimos años se ha avanzado en la construcción de viviendas con agua potable, hospitales y escuelas bilingües, la situación de vida de las comunidades qom es precaria y los índices de muerte por inanición son elevados. El hecho de poseer cada vez menos tierras afecta negativamente a su alimentación y gran parte de la población está desnutrida. Asimismo, las condiciones sanitarias insuficientes y la falta de asistencia médica los lleva a la muerte por enfermedades como la tuberculosis.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #107 de Enciclopedia Asigna, en 01/2022. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).