El tiempo libre es el tiempo dedicado a actividades recreativas y que está exento de obligaciones. Es necesario para un desarrollo óptimo de la salud, para distender las tensiones y entablar relaciones sociales. En algunas sociedades de la antigüedad era harto valorado como un tiempo dedicado a la meditación y al pensamiento. Hoy en día, no obstante, parece escaso en muchas oportunidades, circunstancia que puede conducir a situaciones de agotamiento mental en personas muy ocupadas. Es por ello que se recomienda evitar el exceso de responsabilidades como una forma de dejar un tiempo orientado al ocio de forma habitual, hecho que sin lugar a dudas contribuirá a una mejor salud.
En la Grecia clásica, el tiempo libre era muy valorado y es en buena medida lo que contribuyó al desarrollo de la filosofía. En efecto, para los filósofos griegos, este desarrollo del conocimiento distaba de ser una obligación, era ante todo una manifestación de sus ansias por el conocimiento, una forma de ocio. Es por ello que los logros alcanzado en este sentido han sido harto notables. Por supuesto, este tipo de circunstancia solo era alcanzable para personas libres, es decir, ciudadanos, que tenían algunos privilegios con respecto de otros individuos.
A lo largo del tiempo, esta capacidad superior de cierto grupo social con respecto al tiempo libre se vio manifestada recurrentemente. Por ejemplo, en la Edad Media, eran los individuos provenientes de la nobleza aquellos que podían permitirse márgenes más importantes de tiempo libre. No obstante, este tiempo se caracterizó por períodos de fiestas bastantes extensos, por grandes momentos dedicados socialmente a la dispersión. Los ciclos agrarios tenían mucho que ver con esta circunstancia, como asimismo las celebraciones religiosas. En cambio, en la Edad Moderna, esta característica comienza a cambiar, en particular con la visión del protestantismo, que veía en el ocio un vicio. Con la revolución industrial, esta circunstancia se potencia todavía más, circunstancia que se manifiesta en un aumento de las horas obligatorias de trabajo.
Hoy en día existe un claro conflicto entre la vida laboral y el tiempo libre. En efecto, las obligaciones parecen cada vez ser más en número, tanto en la juventud como en la vida adulta. Es menester por lo tanto hacer un tiempo para recobrar energías y meditar acerca de las posibilidades que se nos ofrecen en la vida. Este tipo de enfoque sin lugar dudas mejorará nuestra calidad de vida general y nos hará rendir mejor cuando tengamos responsabilidades que cumplir.