El ser humano es un ser individual y también, social. Todo ser humano nace y muere en la más profunda soledad en tanto que el nacer y el morir son dos actos íntimos. Sin embargo, el ser humano crece y se desarrolla en el contexto de un grupo como bien muestra el valor de la familia. Un valor que más allá del paso del tiempo sigue siendo atemporal.
Del mismo modo, para cualquier persona es fundamental tener entornos de pertenencia en los que establecer relaciones personales, por ejemplo, en el contexto de trabajo es positivo tener una buena relación con los compañeros de trabajo. También es gratificante tener buenas amistades con las que quedar y organizar planes. Los amigos verdaderos son un tesoro fundamental de la vida, un apoyo emocional básico para tener un impulso en los momentos alegres y un consuelo en los momentos tristes.
La sociedad es el grupo social integrado por todos los individuos que forman parte de una red de relaciones. La sociedad puede ser analizada también en función del contexto histórico porque toda sociedad evoluciona de forma constante. Por tanto, todo ser humano es comprendido mejor cuando es estudiado el contexto en el que vive como muestra el valor de la cultura que conecta con unos valores y unas tradiciones concretas.
La sociedad actual tiende hacia el individualismo, de hecho, las nuevas tecnologías pueden potenciar la soledad en el ser humano del siglo XXI cuando se hace un mal uso de dichas tecnologías. Existen hogares en los que la televisión ocupa el sonido que debía de llenar la conversación familiar. Pero al mismo tiempo, la sociedad actual es solidaria y comprometida.
Todo individuo tiene valor por sí mismo pero forma parte de un entorno social en el que tiene que adaptarse e integrarse para desarrollarse plenamente como persona. Ello implica asumir unas normas sociales que propician la convivencia desde el respeto mutuo.
La sociedad está compuesta por hombres y mujeres de todas las edades que muestran la gran riqueza personal que compone la estructura social puesto que la diferencia generacional es positiva. Las normas sociales están basadas en el bien común que se rige por el sentido de la justicia.
En el seno de la sociedad se establecen relaciones personales, vínculos afectivos que dan lugar a nuevos grupos más pequeños y estructurados. Además, también cabe destacar la relación que todo ser humano tiene consigo mismo.