Las personas nos comunicamos a través de una herramienta muy eficaz, el lenguaje. Al mismo tiempo, los gestos también expresan ideas o actitudes. Sin embargo, hay otro elemento que también forma parte de la comunicación: los símbolos, Cualquier cosa tiene un doble valor, por lo que es propiamente y aquello que representa, su simbolismo.
El valor simbólico de un objeto es su capacidad para transmitir unas ideas. La cruz cristiana es un elemento reconocido en todo el mundo y se utiliza en múltiples lugares ( en el hogar, las iglesias o los cementerios ). En cualquier caso, la cruz significa mucho más que dos palos cruzados. Lo mismo sucede con una gran cantidad de objetos. El símbolo es la representación de una cosa, una idea o una entidad. Por ejemplo, el escudo de un equipo de fútbol explica unos sentimientos y una tradición.
Lo simbólico interviene en la comunicación como si fuera una síntesis de un mensaje complejo. El objeto del símbolo es un resumen de una historia. Es lo que sucede con los símbolos nacionales: la bandera, el traje tradicional, una bebida o un personaje muy importante en un país. Cualquier elemento, por insignificante que sea, tiene un potencial valor simbólico. Y cuando lo vemos, automáticamente pensamos en su significado. Gracias a los símbolos somos capaces de entender rápidamente nuestro entorno. Las marcas comerciales son cuidadosas a la hora de elaborar sus logos, ya que éstos tienen un impacto visual muy potente y son un mecanismo eficaz en la estrategia comercial de la entidad.
Por otro lado, lo simbólico no sólo se refiere a aquello que es compartido por un colectivo, sino que cada individuo otorga un sentido personal a algunas cosas que le rodean. Un libro, un reloj, un anillo o un mechón de pelo tienen un simbolismo para quien relaciona el objeto con un recuerdo especial.
Cada grupo humano comparte unas ideas y tradiciones y al mismo tiempo va creando su simbología. Es una manera de compartir algo, de establecer lazos en una comunidad.
De forma inconsciente, cuando visitamos un sitio desconocido estamos atentos al ambiente general y necesitamos entender el significado del nuevo panorama. Para hacerlo, observamos cuáles son los símbolos que aparecen, qué sentido tienen y cómo se usan. Si no hiciéramos este ejercicio intelectual sería imposible entender la mentalidad del lugar en el que estamos.