En el lenguaje cotidiano, en la medicina y en la narrativa de ficción se emplea la palabra secuela y en cada uno de estos contextos tiene un significado diferenciado. En su sentido etimológico, esta palabra proviene del latín “sequela” y con ella se expresa aquello que sigue a algo. Sus principales aplicaciones se observan en salud, en relación a problemas resultantes por alguna afección o accidente, como tambié se aprecia al describir lo que «ha dejado» un evento climático, como un tsunami, mientras que en un tono de liviandad, en el mundo cinematográfico, anunciando la continuación de una película.
En la comunicación cotidiana
Si afirmo que la crisis económica ha dejado importantes secuelas estoy haciendo referencia a una serie de consecuencias derivadas de una situación determinada.
Lo mismo sucedería si digo que un huracán ha provocado secuelas importantes en la vida diaria de un territorio. En ambos ejemplos las secuelas son circunstancias negativas, ya que normalmente los efectos positivos no son considerados como secuelas.
En el ámbito de la salud
Algunos accidentes graves provocan trastornos físicos o psicológicos que, una vez sanados, dejan algún tipo de huellas. Estas huellas son denominadas secuelas. Algo muy parecido ocurre con ciertas enfermedades, ya que después del proceso de curación es posible que permanezcan ciertos problemas.
En la esfera de la salud hay secuelas visibles y evidentes, mientras que otras son anímicas e invisibles. Una cojera después de un accidente de tráfico sería un ejemplo del primer caso, y un estado de tristeza tras un fracaso sentimental sería un ejemplo del segundo.
Secuelas, precuelas y otras denominaciones en el mundo del cine
En el terreno de la ficción cinematográfica una secuela es aquel producto que viene después de una obra acabada y que se desarrolla en el mismo contexto, aunque los acontecimientos se sitúan en un tiempo posterior.
En términos cinematográficos una secuela se identifica fácilmente porque después del título de la película viene un número determinado y con él se indica que es la segunda, la tercera o la cuarta parte de un título original. Ejemplos de secuelas clásicas serían el «El Padrino II» o «Rocky IV».
Por precuela se entiende aquella película cuya historia hace referencia a unos episodios anteriores a un título original. En otras palabras, se cuenta lo que sucedió antes de la primera película. Las películas del Hobbit son ejemplos de precuelas porque preceden al film de «El señor de los anillos».
Un reboot es una versión propia de una película ya estrenada, pero con una versión distinta. Un reboot de una película muestra un nuevo universo de la versión original. El caso de Spiderman sería un ejemplo ilustrativo.
Un remake es una recreación de una película anterior. Normalmente el remake mantiene la misma trama y los mismos personajes que la película de referencia pero con un enfoque más actualizado. Tanto «Los diez mandamientos» como «Ben-Hur» ejemplifican esta idea.