Se denomina salario al dinero que una persona recibe como consecuencia de realizar un determinado servicio, dinero que se concede de forma regular cada cierto período de tiempo. El salario recibe su nombre debido a una práctica de entregar sal a cambio de una determinada actividad en el pasado, circunstancia que se comprende si se considera que la sal era un elemento escaso y necesario, circunstancia que elevaba su precio. El salario de un trabajador generalmente esta relacionado con su productividad, aunque por supuesto esta relación es en muchas ocasiones digna de ser puesta en duda.
El salario puede considerarse desde dos perspectivas. Así, puede hacerse referencia al salario nominal cuando se da cuenta de un número determinado de una determinada moneda circulante. El otro modo de referirse al salario es haciendo alusión a la cantidad de bienes y servicios propios de una canasta básica que con éste pueden adquirirse: es el caso del salario real. El salario real puede ir decreciendo si el país en donde se encuentra un trabajador sufre de inflación. En este caso, si las recomposiciones salarios son menores al aumento generalizado de los precios, puede decirse que el trabajador perdió poder adquisitivo. Para dar cuenta de este tipo de variaciones suelen existir estadísticas tanto privadas como oficiales que dan cuenta de este tipo de fenómenos.
El estado suele fijar un salario mínimo debajo del cual el trabajador no puede ser remunerado. Esta circunstancia puede parecer humanitaria, pero existen algunas voces en su contra alegando que esta circunstancia redunda en la falta de contratación de los trabajadores menos productivos, aquellos que no llegarían a cubrir con su trabajo el costo de ese salario mínimo. Más allá de este planteo, no obstante, la mayoría de los países ponen un monto mínimo a partir del cual se pueden realizar contrataciones.
Es interesante observar que en el caso de una crisis que redunde en un aumento de la desocupación considerable, el salario experimentará una variación leve y paulatina a la baja, circunstancia que da a entender un comportamiento inelástico. En efecto, una primera aproximación que tenga en cuenta el normal comportamiento de la oferta y a demanda debería llegar a la conclusión de que una baja abrupta en el número de contratados debería llevar a que los desocupados estén dispuestos a tomar un empleo por una menor paga. No obstante, gracias a algunas aportaciones de Keynes a la observación de distintas circunstancias similares, se puede concluir que esta situación no se da de esa manera.