Ser responsable implica tener la capacidad de cumplir con unos compromisos concretos. La responsabilidad no solo es inherente al ámbito profesional, por ejemplo, cualquier trabajador debe de cumplir con su jornada laboral de una forma eficiente. Del mismo modo, también es un gesto de responsabilidad tener la capacidad de cumplir con los compromisos sociales. Es un gesto de falta de responsabilidad llegar tarde a una cita con un amigo porque es importante valorar el tiempo de los demás.
La responsabilidad es un aprendizaje que cualquier ser humano adquiere a nivel de inteligencia emocional a lo largo de los años. La responsabilidad no es algo exclusivo de los adultos ya que cualquier persona, también los niños, pueden hacerse cargo de una actividad concreta de forma acorde a su edad. Por ejemplo, los niños también pueden asumir la responsabilidad de colaborar con algunas pequeñas tareas de la casa de forma acorde a su edad. De esta forma, el aprendizaje de la responsabilidad se interioriza a través de la práctica.,
Del mismo modo, a través de los deberes que los niños realizan en el colegio también interiorizan la responsabilidad de cumplir con un deber concreto. La responsabilidad también surge a partir del concepto de norma. Es decir, cualquier persona tiene unos derechos y unas obligaciones, por tanto, también debe de cumplir con sus responsabilidades.
En cualquier hogar es aconsejable establecer unas normas de convivencia común con el objetivo de que cada uno cumpla con sus responsabilidades para recordar que el bien común es más importante que el bien individual.
Las relaciones personales también tienen asociadas unas responsabilidades concretas. Por ejemplo, un padre tiene responsabilidades hacia su hijo, los hermanos también tienen responsabilidades entre sí, ocurre lo mismo en las parejas… En este caso, la responsabilidad muestra el respeto hacia el otro y el amor.
Por ejemplo, cuando un hijo asume la responsabilidad de cuidar de su padre enfermo de alzheimer asume todo un acto de amor. Un deber elegido de una forma libre que muestra que la responsabilidad de hacer el bien, enriquece el corazón y suma felicidad.
Ser responsable es ser una persona de palabra que cuenta con la confianza y credibilidad por parte de los demás porque sus palabras y sus acciones son su mejor marca personal. Para una persona responsable, una promesa tiene un gran valor. Por el contrario, una persona poco responsable es aquella que promete cosas que luego no cumple.