Las relaciones sociales son muy importantes en la vida de cualquier persona puesto que la afectividad humana se nutre del cariño, del respeto, del reconocimiento y del amor recibido a través de la amistad, la familia y la pareja. Por supuesto, los vínculos más superficiales como, por ejemplo, la amistad y el compañerismo también suman autoestima e ilusión a la vida de la persona porque el ser humano es social por naturaleza, es decir, crece como persona al compartir la vida en sociedad. Las relaciones sociales son muy necesarias pero al mismo tiempo, son muy complejas. Es decir, salir de los límites de la propia individualidad para conectar con otro ser humano y mantener una relación a lo largo del tiempo implica dejar atrás el egoismo para abrir el corazón al otro.
En las relaciones personales se producen diferencias de criterio, enfados, distanciamientos, malos entendidos, fallos en la comunicación, silencios inoportunos y palabras sacadas fuera de contexto… Además, el plano de las relaciones sociales tampoco es ideal desde el momento en el que las personas también tienen claras afinidades, es decir, preferencia por unas personas respecto de otras. Es normal que una persona sienta simpatía por otra pero también lo es que sienta antipatía por alguien. En este sentido, no es fácil trabajar con un compañero de trabajo con el que no te llevas bien.
En el otro lado de la balanza, las relaciones personales nos regalan los momentos más dulces gracias a los momentos felices, los abrazos, las llamadas de teléfono de seres queridos, las celebraciones de cumpleaños de los amigos, las palabras de cariño, el apoyo de la pareja, los planes románticos, el enamoramiento, las fiestas de amigos, las reuniones familiares típicas de Navidad…
Las relaciones sociales son muy importantes. El primer núcleo social es la familia. En este sentido, conviene puntualizar que es en la infancia cuando el niño interioriza algunos modelos de comportamiento a partir de aquellas conductas que observa en sus padres… Las relaciones sociales se diferencian en función del grado de intimidad que una persona tiene con otra, es decir, en función del grado de confianza.
Los amigos verdaderos también son un motor de felicidad fundamental en la vida de cualquier persona, la amistad en sí misma es un aprendizaje cuyo valor se interioriza en la niñez. Por otra parte, el amor de pareja también es una opción de vida, pero no el único camino posible. También existen personas solteras.