Ya en la antigüedad algunos filósofos reflexionaron sobre el concepto de realización personal. Según Aristóteles, el fin de la vida humana es alcanzar la felicidad. Esta idea aristotélica nos permite entender la realización personal como el objetivo de cualquier individuo.
La idea de realización personal implica el anhelo por conseguir la plenitud interior, la satisfacción con la vida que tenemos. Este deseo se convierte en una meta u objetivo permanente y, en ocasiones, en una realidad. De todas formas, los expertos en la conducta humana afirman que alcanzar absolutamente este estado es algo muy difícil, pues el ser humano es inconformista por naturaleza y tiende a desear aquello que no tiene.
Hay reflexiones muy diversas sobre lo que significa la realización personal. Una de ellas es la explicación que aporta el psicólogo Abraham Maslow sobre el mecanismo de la motivación humana, también conocida como la pirámide de Maslow.
La pirámide de Maslow
La idea principal de esta teoría viene a decir que los seres humanos actúan de una manera piramidal. En la base de la pirámide estarían las necesidades básicas que debemos satisfacer (comer, beber y sobrevivir). Una vez cubiertas estas necesidades, la motivación se dirige al siguiente nivel de la pirámide, es decir, la seguridad personal, un trabajo y unos vínculos familiares. Ya en un tercer estadio, se busca el afecto de los demás y la satisfacción sexual e intima. En el siguiente estrato la motivación se orienta hacia algunos objetivos (el éxito o la confianza en uno mismo). Por último, en la cúspide de la pirámide estaría la realización personal o autorrealización.
El modelo de explicación de Maslow afirma que la autorrealización solo se consigue cuando los niveles anteriores se han consolidado. Esta idea es razonable, ya que no tiene mucho sentido que alguien busque el bienestar interior sin tener cubiertas ciertas necesidades básicas.
La realización personal se consigue cuando el individuo puede realizar con normalidad sus aspiraciones personales (pensemos en alguien apasionado por el arte y que se encuentra en unas condiciones óptimas para dedicarle todo el tiempo que desee y sin tener que preocuparse por otras cosas). Además, hay otros ingredientes importantes para que la realización personal se convierte en algo real: un equilibrio emocional, unos valores morales, una saludable relación con los demás y un sentido lúdico de la vida.