Algo es primitivo cuando se refiere a su momento originario. De hecho, la palabra primitivo viene del latín y significa el primero.
No existe un contexto específico del concepto que se analiza, sino que hay una gran variedad de ellos.
En el arte, existe una corriente, el primitivismo, que expresa el estilo y las formas artísticas en su etapa primigenia. Para hacer mención a los primeros pobladores de un lugar, se habla de las primitivos franceses, italianos o españoles. Hay movimientos religiosos y políticos que tuvieron su expresión en la antigüedad, un esquema muy sencillo que representa el germen de su desarrollo posterior ( el anarquismo, el comunismo o el cristianismo primitivo ).
El arte, la política, la religión o la cultura son calificables como primitivos cuando tienen un componente que expresa su etapa inicial, aquellos momentos donde se dieron los primeros pasos. Los hallazgos de las pinturas rupestres son un ejemplo del primer testimonio del arte y son conservados y estudiados como un símbolo de la humanidad.
Para conocer al ser humano, hay que remitirse a cómo era en la antigüedad, es decir, al hombre primitivo. Antes del surgimiento de la civilización, el hombre vivía en una estructura social muy básica, en pequeños grupos nómadas cuya principal preocupación era el sustento. El hombre primitivo aprende a intervenir en su entorno y el gran salto fue la invención del fuego. A partir de ese momento, su vida cotidiana empezó a cambiar. Ya podía calentarse, alimentarse mejor y protegerse de otros animales.
La ciencia, el cine y la literatura han reproducido la vida humana en su dimensión primitiva. Hay un aspecto que llama la atención: el hombre estaba en contacto directo con la naturaleza. Este aspecto tenía un doble sentido. Por una parte, esa relación estrecha con el entorno le hacía vivir con unos esquemas mentales muy básicos, porque lo esencial era la supervivencia, el alimento y la seguridad de su clan. Al mismo tiempo, esa misma realidad sencilla en su vida hacía que los peligros fueran permanentes, ya que el hombre no tenía muy desarrollada la capacidad de influir sobre el medio natural.
Lo primitivo genera atracción para unos y rechazo para otros. Los que lo idealizan y ensalzan subrayan su magia, su simplicidad y autenticidad. Los detractores, creen que lo primitivo es sinónimo de vulgar, algo poco elaborado e inútil. Esta atracción y rechazo recuerda un poco al debate entre lo artesanal frente a lo que se elabora en serie. Ambas opciones tienen sus elementos a favor y en contra.