El poder legislativo es aquel que se encarga de crear y/o modificar un marco de disposiciones, leyes y decretos que regulen las relaciones económicas y sociopolíticas de un país. Por lo general, en sistemas democráticos es ejercido por los representantes del pueblo elegidos en las urnas.
A través de éste proceso es como se conforman las cámaras legislativas, en las cuales se elaboran las leyes y son sometidas a su aprobación por parte de dichos representantes.
Elaboración y aprobación de leyes por parte del poder legislativo
El proceso legislativo puede ser distinto en cada país en sus procesos, pero por lo general éstos se caracterizan por cierta complejidad. Una ley, pasa, antes de entrar en vigor, por un complicado proceso que puede incluir un buen número de pasos.
Sin embargo, aunque éstos pueden diferir de unos lugares a otros, sí que pueden diferenciarse tres fases que son comunes a la mayoría de países que se rigen por un sistema democrático de representación parlamentaria:
Fase Inicial: es la fase en la que se presenta la propuesta. Puede llamarse “proposición de ley”, “proyecto de ley” o tener otra denominación, la cual se le concede en base a de quien haya partido la iniciativa. Pueden llevar o no un proceso de discusión y puede complementarse o enriquecerse con otras propuestas. Una vez tienen forma definida, pasan a la siguiente fase.
Fase constitutiva: tiene lugar en las cámaras parlamentarias, y en este periodo se debaten enmiendas presentadas por los diferentes grupos y finalmente se vota su aprobación.
Fase final: una vez aprobada la ley, el último paso previo a su entrada en vigor es la validación por parte de la mayor autoridad del estado. Sin embargo, esta figura no tiene la capacidad de modificarla ni rechazarla, sino únicamente de rubricarla para que se publique de manera oficial y comience a aplicarse.
Sometimiento del poder legislativo a otros poderes
Como resultado de la división de poderes que debe imperar en todo régimen democrático, cada uno de los poderes del estado tiene autonomía para ejercer su función, pero a su vez es controlado por los demás.
Esto significa que el poder legislativo tiene capacidad para elaborar libremente diferentes tipos de leyes, pero éstas se verán sometidas al escrutinio del poder judicial, que tendrá en su mano decidir si alguna de ellas contraviene normas de mayor rango, en cuyo caso, el poder legislativo estará obligado a derogarlas o modificarlas.