Un petitorio es un documento mediante el cual se realiza un pedido a una autoridad determinada. El mismo suele estar firmado por un determinado número de ciudadanos que se encuentran en condiciones de adherir al mismo. Los petitorios se pueden entender como una manera diplomática de encarar un conflicto o una demanda; mediante los mismos, se hace notar que es numerosa la cantidad de gente que tiene la misma inquietud, de modo tal que se esperaría que su impacto sea mayor. Los petitorios son una forma de establecer contactos con autoridades públicas de modo tal que las mismas tengan referencia de las dificultades que afectan a la población general.
En cualquier comunidad existen circunstancias que deben ser repasadas y reparadas. También es posible que las mismas sean fuente de malestar y de inconveniencia común. Lamentablemente sería utópico considerar que todos los problemas pudieran ser atendidos a la brevedad y con la suficiente eficiencia. Este tipo de circunstancia hace que en algunas ocasiones se dejen de lado diversos inconvenientes cuya naturaleza requiere una solución lo más rápida posible. Con la entrega de un petitorio, se garantiza que el responsable de un área específica tome la debida comprensión de un problema de relevancia; en efecto, el hecho de que el petitorio esté firmado por un número relevante de personas, personas que dan cuenta de sus datos personales y dan fe de la situación a tratar, es motivo para reconocer que el tema en cuestión requiere la toma de decisiones.
Dado lo expuesto, la necesidad de que un número relevante de individuos manifieste adhesión al petitorio se convierte en una meta a alcanzar. En este sentido, cuando el problema se extiende hasta sectores amplios de la ciudadanía, es común que se instalen puestos en esquinas centrales de una ciudad de envergadura como para recolectar al mayor número de firmas posibles. El proceso suele consistir en explicarles a los transeúntes la situación por la que se le pide su colaboración y si el mismo muestra consentimiento, se procede a estampar la firma. Una vez que se alcanza un número significativo de firmas se suele cerrar la dinámica y se procede a entregar el petitorio a quien corresponda.
Esta forma de peticionar dista de ser perfecta y también suele ser desoída en muchas ocasiones. No obstante, es una forma de generar antecedentes que refieran a la señalización de una problemática por parte de un número considerable de personas.