Una de las formas de organización obrera más significativa ha sido en el siglo XIX como en el XX el sindicalismo. Este tipo de acción se vincula con una institución política y social muy relevante en lo que respecta a la lucha obrera: el sindicato. A continuación, una explicación de lo que este tipo de lucha significa.
El nacimiento del sindicato: la Revolución Industrial y los profundos cambios sociales
Podríamos ubicar al nacimiento del sindicato como organización colectiva a mediados del siglo XIX. Cuando Inglaterra y Europa entran en una espiral de crecimiento y desarrollo económico propiciados por los avances industriales, la sociedad comenzó a mostrar un interesante número de transformaciones que fueron insondables hasta ese momento y que serían a partir de entonces irreversibles. Una de ellas fue la creación de una masa de trabajadores urbanos que antes se dedicaban principalmente a las tareas agrícolas del campo y que a partir de 1780 veían su vida transformada en una realidad distinta y muy distante de la anterior.
La calidad de vida y el entorno en los que los nuevos trabajadores fabriles debieron desempeñar sus tareas marcó sin duda alguna el nacimiento de los sindicatos como espacios de organización y acompañamiento. Los reclamos por mejores condiciones laborales, que iban desde la reducción de la jornada laboral hasta la posibilidad de tener horas de descanso, comenzaron a surgir en las fábricas e industrias de manera desordenada hasta que representantes de los trabajadores se convirtieron en los voceros de sus intereses frente a los intereses de los dueños o patrones. Así nacen los sindicatos como una forma organizada de la lucha obrera.
Los cambios sociales podrían haber sido catastróficos sin la presencia de los sindicatos
Vale decir aquí que los cambios que generó la Revolución Industrial en toda Europa (y en el resto del mundo también aunque más retrasadamente) no podrían haberse enfrentado del mismo modo sin la existencia de los sindicatos y gremios trabajadores. Ellos fueron los responsables de luchar por los derechos de los trabajadores, muchos de ellos entendidos hoy como elementales, en una época en la que la noción de «derechos laborales» no existía y el trabajador era casi una propiedad más del dueño de la fábrica.
Los sindicatos permitieron además a los obreros organizarse según área o rubro de trabajo, pudiendo definir con mayor certeza las condiciones laborales de acuerdo a la tarea, la capacitación necesaria, los métodos de protección y prevención de accidentes, las particularidades de cada puesto, etc. Durante el siglo XX, el sindicalismo se volvió un eslabón esencial en la relación tripartirta Estado – empleadores – trabajadores. Al ser estos últimos la mayor parte de la sociedad, el trabajo de los sindicatos estuvo basado plenamente en la representación y defensa de sus intereses.