Fue presidente de facto de Argentina entre 1955 y 1958 cuando tras derrocar al General Perón en el marco de la llamada Revolución Libertadora relevó del cargo a Lonardi quien asumió inmediatamente después de la salida obligada de Perón.
Encabezó una de las varias dictaduras con las que tuvo que lidiar la Argentina en el siglo XX
Era oriundo de Córdoba, donde había nacido en 1903.
Se formó en el Colegio Militar y realizó una notable carrera dentro del ejército ocupando diversos cargos y subiendo progresivamente en el escalafón.
En 1955, como uno de los cabecillas de la Revolución Libertadora, asumió como presidente de facto y con el único objetivo de maximizar la erradicación del peronismo
No solamente intervino la CGT (Confederación General del Trabajo), bastión sindical del peronismo y quien lideró la resistencia del movimiento proscripto, sino que hasta llegó a prohibir que se nombre a Perón quien se exilió en España.
Todo lo que tenía un mínimo nexo con el peronismo era perseguido y eliminado
En 1958, cuando le entrega el poder al presidente democrático Arturo Frondizi pasó a retiro del ejército.
En la década del sesenta, habiendo entendido un poco más el juego democrático, formó su propia agrupación política: Unión del Pueblo Argentino con la cual se presentó a las elecciones en 1963, quedando en tercer puesto, detrás del electo Arturo Illia y Oscar Alende
Su trágico final es una de las páginas más oscuras de la política argentina ya que fue secuestrado y asesinado por la agrupación guerrillera peronista Montoneros quien se jactó de haber hecho justicia cuando lo asesinó.
De acuerdo a lo que trascendió de boca de algunos de los integrantes de Montoneros habría sido el propio Fernando Abal Medina, fundador del movimiento, quien lo mató y dirigió el «juicio» en su contra, por su rol protagónico en el golpe al peronismo, por los fusilamientos en 1956 de varios dirigente peronistas, y por la profanación del cadáver de Eva Perón, entre otros actos criminales que le endilgaron
Si bien de acuerdo a los testigos del hecho el militar se mostró tranquilo en todo el proceso de su secuestro, trató de disuadir a sus captores y se excusó de cada uno de los cargos que le imputaron.
Al culminar el «juicio» le anunciaron que sería asesinado, hecho que concretaron el 1 de junio de 1970
Pocos meses después septiembre, su verdugo Abal Medina, fue identificado por la policía en un bar y abatido.
El resto de los Montoneros que participaron de su secuestro, «juicio», y asesinato, fueron condenados por los delitos, sin embargo, el presidente Carlos Menem los indultó en la década del noventa.