Una de las riquezas de cualquier idioma es su variedad. Una misma palabra tiene varias acepciones y usos, dependiendo de cada comunidad de hablantes. Es lo que sucede con el concepto analizado en esta entrada.
Paritarias viene de paridad, que alude a la igualdad entre dos partes. Se adoptan medidas paritarias cuando en un colectivo, los miembros que lo integran son representados en una proporción equivalente. En la confección de listas electorales se ha introducido esta idea para que, tanto hombres como mujeres, tengan idéntica representación. Así, ante unas elecciones para obtener un cargo público, los candidatos son distribuidos de tal manera que ni los hombres ni las mujeres tengan una posición inicial ventajosa. Esta medida se introdujo como mecanismo para igualar a la mujer en su acceso a la política. Por extensión, se aplica en otras circunstancias: en algunas empresas o en la representación institucional de ciertas entidades.
Sin embargo, hay otro sentido del término paritarias: la reunión y el debate entre trabajadores y empresarios que tiene como objetivo alcanzar algún acuerdo sobre las condiciones de trabajo dentro de un gremio o sector. Estas negociaciones se denominan paritarias. Sobre todo, en países como Argentina. Esta misma idea recibe otra expresión si el encuentro entre las partes se realiza en España, denominándose negociación colectiva.
Ante un posible conflicto ( por ejemplo, una amenaza de huelga ) se convocan unas paritarias. Los representantes de los trabajadores y de los empleadores o empresarios se reúnen e intentan concretar en qué términos se debe trabajar, principalmente cuál va a ser el salario de los trabajadores. La negociación puede ser compleja y duradera, ya las variables a tener en cuenta son muy diversas: horarios, turnos, salarios, horas extra, rentabilidad y todo aquello que sea discutible.
Las paritarias se consideran la expresión y el símbolo de una conquista social. Cuando los movimientos sindicales no existían o daban sus primeros pasos, los trabajadores no tenían la suficiente fuerza, por lo que no tenían una voz que los defendiera. Con el tiempo, fueron consolidándose todo tipo de avances: jornada de 8 horas, vacaciones o la protección ante enfermedades. Las paritarias fueron uno de esos avances, ya que supuso la posibilidad de entablar un diálogo de igual a igual. Este reconocimiento de la igualdad significó que no había una subordinación, por lo que el trabajo era simplemente un intercambio ( el tiempo del obrero a cambio de un salario ).