El orden es un concepto que remite a una determinada regularidad en un sistema determinado. Esto significa que considerando un número finito de elementos, estos se relacionan entre sí de un modo que sigue un patrón. El orden puede percibirse en la naturaleza y es el motivo de que se busquen continuamente leyes que den cuenta de éste. En el ámbito científico, un modelo intenta propiciar una abstracción de esta característica, dando cuenta de un sistema con un orden que remite al del universo. El orden es, por lo tanto, un concepto relacionable con un número inmenso de fenómenos.
La presencia de orden en el devenir natural es una circunstancia observable desde la antigüedad. Así, las civilizaciones primitivas solían tener mitologías que referían a una instauración del orden luego de un caos primigenio. Son las denominadas cosmogonías, que intentan dar una explicación rudimentaria del origen del universo. En ellas se expone una valoración del orden y un reconocimiento de su existencia en la naturaleza.
En el caso de la Grecia clásica, con el nacimiento de la filosofía, esta valoración de un orden en el mundo visible cobró un análisis más profundo y sistemático. En Platón el orden está dado por ideas, formas fuera de este mundo pero que se reflejan en éste; desde su perspectiva existe una determinación de la segunda instancia, caracterizada por la materia, con respecto a la primera, inteligible, racional, lógica.
Fue Aristóteles quizá quien más haya contribuido a la noción de orden tal como se concibió por muchos años, como una sucesión de causas y efectos. No obstante, a diferencia de una descripción actual, que concibe al orden del universo solamente desde esta perspectiva, el filósofo introduce la noción de finalidad. Así, existe desde esta cosmovisión una teleología, una lógica de los fines que orienta al universo en una determinada dirección. Es sabido que el cristianismo adoptó esta filosofía, emparentándola con los dogmas de fe. Así, el universo era ordenado porque era una sucesión de causas y efectos que tenían una causa primera y una causa última que coincidía, Dios. El encargado de llevar a cabo esta síntesis que perdura en nuestros días fue Santo Tomás de Aquino.
En la actualidad la ciencia intenta describir con la mayor exactitud posible el orden del universo. Este intento se fundamenta en la teorización, esto es, en la conjetura acerca de éste, y en la experimentación, para contrastar dicha conjetura; es en definitiva la instauración del método científico.