La Organización Mundial de Comercio es un espacio de negociación entre países y de establecimiento de acuerdos con la finalidad de impulsar el comercio en distintas partes del mundo. Su sede se encuentra en Ginebra y su establecimiento se realizó en una fecha relativamente cercana en el tiempo, en el año 1995. La OMC, además de servir como contexto para el encaminamiento de diversos acuerdos, sirve asimismo para velar por el cumplimiento de los mismos, interpretándolos y aplicándolos, pudiendo incluso establecer sanciones para los países que hayan realizado algún tipo de violación al respecto.
La OMC es una superación de otra entidad denominada GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), entidad que no pasaba de ser un sistema de reglas, siendo, en cambio la OMC una organización con estatus propio.
El comercio es de enorme importancia para el desarrollo de las naciones. No es un mero capricho que se busque intentar por todos los medios aumentarlo y fomentarlo en todas sus variantes. En efecto, mediante el comercio, distintos países y regiones con ventajas comparativas en algún aspecto económico pueden ofrecer a otros países y regiones aquello que les es necesario para mejorar sus condiciones generales. Para entender cabalmente esta circunstancia debe considerarse al comercio como un juego cooperativo de suma distinta de cero, circunstancia que implica necesariamente un crecimiento de las condiciones materiales cuando se lo promueve.
Dado lo antepuesto, no debe extrañar que se realicen distintas acciones tendientes a facilitarlo. La GATT consistió en una interacción de países que incluían ofertas y peticiones para establecer condiciones de comercio equilibradas y mutuamente beneficiosas; contribuyó enormemente a la reducción de aranceles. Luego, ya en los finales del siglo XX, se consideró que era necesario crear un organismo que, además de servir como marco de negociaciones, sirviese como instancia arbitral para dirimir conflictos en lo que respecta a esta práctica de tamaña relevancia, el comercio. Hoy en día, gracias a la OMC, los diversos miembros pueden tener algún tipo de intermediario para realizar reclamos; los mismos deben aceptar la totalidad de los acuerdos que la OMC mantiene, viéndose imposibilitados de limitarse solo a algunos.
Además de ser una instancia regulatoria y de arbitraje, la OMC también realiza una serie de estudios tendientes a comprender la situación económica que atraviesa el mundo en general y determinados países en particular. Esta tarea implica la recolección de datos que describan las diversas realidades al respecto, como asimismo la difusión de los mismos para facilitar la toma de decisiones.