Una ofensa es algún tipo de manifestación en la que alguien se siente insultado o descalificado. La víctima de este tipo de ataques, el ofendido, considera que ha sido ultrajada, menospreciada y, por lo tanto, ofendida.
La idea de ofensa expresa que el ofendido entiende que ha padecido una injusticia, ya que las palabras pronunciadas contra él son falsas o injuriosas.
En las relaciones sociales, las ofensas son entendidas como una falta de respeto a los demás. No solamente se trata de una incorrección o una falta de educación, sino que son valoradas como una agresión verbal. De hecho, pueden ser constitutivas de delito (por ejemplo, una infamia es un ataque al honor individual). Por otra parte, ultrajar o injuriar a alguien es otra modalidad de ofensa.
El concepto de ofensa indica igualmente una actitud provocativa por parte de quien la realiza y es muy posible que provoque algún tipo de reacción como defensa.
La ofensa suele generar una perturbación emocional en la persona afectada e incluso crear un cierto desprestigio de su imagen social.
Errores y malinterpretaciones culturales
No siempre la ofensa es intencionada. Cuando un individuo se encuentra en un país que desconoce y con costumbres distintas, puede cometer el error de actuar ofensivamente al hacer algo no aceptado según la escala de valores o las tradiciones establecidas. Por este motivo, se recomienda que en un lugar desconocido se intente imitar las pautas habituales y así evitar posibles ofensas. En algunos países no respetar las creencias religiosas es valorado como una agresión inaceptable, una cuestión que es difícil de entender desde una mentalidad abierta donde prevalece la libertad de expresión.
Así, estos dos conceptos (libertad de expresión y ofensa) entran en contradicción con relativa frecuencia (unos consideran que la libertad no tiene límites y otros interpretan que sus creencias son ultrajadas). En este sentido, hay que tener presente que la idea de pecado consiste, precisamente, en una acción que atenta contra Dios, quien se siente ofendido por la acción cometida.
Ciertos comportamientos están asociados con la ofensa, aunque para algunos es algo discutible. Es lo que sucede con el piropo (un cumplido dirigido a las mujeres y que a veces es grosero). Piropear es una tradición española y de algunos países latinoamericanos y en algunos casos es interpretada como una ofensa.
Una ofensa no solo puede ser algo relativo, sino que depende de la sensibilidad de cada individuo. Si una persona se sienta ofendida con frecuencia, probablemente sea alguien muy susceptible.