Dentro de la extensa gama de credos que componen al Cristianismo encontramos a la de los Santos de los Últimos Días. Este credo, nacido en Estados Unidos en el siglo XIX, se conoce en el lenguaje común y corriente como la iglesia de los Mormones y sus miembros se han desparramado por todo el planeta, especialmente en algunas regiones de Latinoamérica. Se pueden considerar una rama del protestantismo, ya que plantea cuestionamientos a la Iglesia Católica, pero refuerza su creencia en Dios y en Jesús como el Mesías.
Origen y bases de su dogma: la religión nacida en América
El mormonismo es el término con el que se conoce extraoficialmente a aquellas personas que componen la iglesia mencionada previamente. Esta fe tiene un origen claro y delimitable: el 6 de abril de 1830, su fundador el norteamericano Joseph Smith se encontró en un paseo con las figuras de Dios y de Jesús que le indicaron que era necesario fundar una nueva fe a profesar, una que desechara lo impuesto por todas las formas previas de religión. Este momento, que se considera fundacional para la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, fue el comienzo de un proceso de evangelización sobre los cuestionamientos que se le hacían a la Iglesia Católica y su poder.
Quienes componen esta iglesia, que se conocen como mormones, cuentan con gran presencia en el país de origen de esta fe (Estados Unidos) pero también en otros países de Latinoamérica como Brasil, Argentina y otros donde el catolicismo ha perdido sus fieles en gran medida. Las críticas que esta religión le hace a la Iglesia Católica tienen que ver por un lado con el modo en el que se interpreta la Biblia (que sostienen que debe ser una interpretación individual) y con ciertas prácticas que desechan por completo como exclusivas. Tal cosa ocurre con la monogamia (dentro de esta iglesia se permite la poligamia) y el celibato de los curas.
Una fe criticada por muchos y adorada por otros
Del mismo modo que ocurre con ciertas ramas del protestantismo, la fe de los mormones ha sido criticada desde diferentes esferas, principalmente desde el Catolicismo. Se la considera una religión inventada y a su fundador un oportunista cuyos textos rozan con la magia negra y ciertas prácticas mágicas.
Sin embargo, no se puede negar que esta religión tiene millones de adeptos que se sienten identificados con los planteos dogmáticos que supone pero especialmente con los cambios que introduce respecto de las prácticas morales y sociales que se pueden ver en el día a día.