Se llamó Mayo Francés a la sucesión de protestas que tuvieron lugar durante el mes de mayo de 1968, principalmente en la ciudad de París. Si bien inició como un movimiento de estudiantes y profesores, posteriormente se sumaron también los trabajadores. Así, se estima que en las movilizaciones participaron al menos nueve millones de personas. Aunque el Mayo Francés no fue un movimiento de carácter homogéneo, los manifestantes tuvieron un punto en común: no estaban buscando la caída del gobierno ni del orden democrático. Por un lado, los trabajadores luchaban por avances en derechos laborales, mientras que, por otro lado, los estudiantes reivindicaban los derechos individuales y una mayor autonomía en el ámbito privado.
Contexto histórico
A fines de los años sesenta, Francia contaba con un escenario propicio para el desarrollo de revueltas y manifestaciones ya sea por sus aspectos particulares como por las coyunturas globales. En lo particular, la economía francesa que había vivido un crecimiento sin precedentes, comenzó a mostrar signos de agotamiento reflejados en el aumento de los índices de pobreza y desempleo. Asimismo, desde los años cincuenta, y producto de ese peculiar contexto económico, habían surgido en los suburbios de las grandes ciudades los llamados bidonvilles, es decir, barrios populares no regulados cuya ocupación del terreno era ilegal. Respecto de los aspectos políticos, la figura del general Charles De Gaulle, quien había sido presidente de Francia desde 1959, afectado por la crisis económica y por los cuestionamientos a sus accionares de corte autoritario, había comenzado a debilitarse.
En cuanto al contexto global, es de destacar, tras el triunfo de los Aliados, y principalmente con el predominio de Estados Unidos, se había instalado la sociedad de consumo en el mundo. En contraposición a la misma, distintos movimientos contraculturales juveniles, como los beatniks o los hippies, sentaron la pauta para las manifestaciones al mostrarse en disconformidad con el sistema. Sumado a ello, en un momento de Guerra Fría, las juventudes y los trabajadores habían optado por alinearse con la izquierda o, al menos, a cuestionar el predominio de Estados Unidos y Europa. Ello se encontraba en estrecha relación con los acontecimientos del momento: por un lado, las atrocidades cometidas en las guerras de Vietnam, Argelia e Indochina, deslegitimaban las ideas imperialistas; por otro lado, el triunfo de la Revolución Cubana y de la Revolución Cultural China incidían en las ideas que implicaban pensar la posibilidad de una revolución de izquierda. Así, aunque las consignas variaran según el espacio geográfico, el espíritu rebelde era una característica de orden mundial.
Resumen de los hechos
Las manifestaciones del Mayo Francés iniciaron el 3 de mayo cuando un grupo de estudiantes de la Universidad de Nanterre, ubicada en un barrio obrero a las afueras de París, marcharon hacia La Sorbona para unirse con los estudiantes de dicha universidad y juntos reclamar en contra de la expulsión de los ocho estudiantes de Nanterre acusados de generar disturbios. Ante la violenta respuesta de la policía, a los estudiantes se sumaron también los profesores que reclamaron por la retirada de las fuerzas policiales de la universidad y por la reapertura de la Sorbona que el decano había decidido cerrar ante la situación de protesta.
Como la violencia policial perduraba, cada vez más estudiantes y profesores se fueron sumando a la manifestación. Así, para el día 6 de mayo, con más de 400 estudiantes amotinados dentro de la universidad y cientos de personas en sus alrededores, el presidente Charles De Gaulle decretó el estado de sitio y, por tal motivo, la represión se volvió más cruenta. Este accionar fue fundamental para que la mayor parte de la población francesa se volcara hacia la simpatía con los estudiantes en lucha.
La noche del 10 de mayo constituyó unos de los momentos más álgidos del Mayo Francés ya que fue el momento en que los manifestantes respondieron a la violencia policial arrojándoles adoquines. Este enfrentamiento, conocido como “La noche de las barricadas” dejó un saldo de centenares de heridos.
Hasta el momento, solo se trataba de una movilización estudiantil. Sin embargo, para el 13 de mayo también se unieron a la lucha los sindicatos los cuales convocaron a una huelga general. La misma fue exitosa, movilizando a unos seis millones de huelguistas y paralizando a gran parte de la industria, el transporte y los suministros energéticos. Ante esta situación, el gobierno decidió ceder en ciertos aspectos y el 27 de mayo se firmaron con las centrales obreras los “acuerdos de Grenelle”, mediante los cuales se aumentó el salario en un 35% y se redujo la jornada laboral. Si bien varios grupos de obreros de base más radicalizados no estuvieron de acuerdo con lo convenido, la firma de los mismos ayudó a mitigar las protestas.
Mientras las movilizaciones estudiantiles continuaban, De Gaulle anunció la convocatoria a elecciones legislativas anticipadas para junio. Posteriormente, decretó la prohibición de las manifestaciones y, de esa forma, la ocupación de la Sorbona tuvo que ser levantada el día 16 de junio.
En las elecciones, salió triunfante el partido de De Gaulle, la Unión de Demócratas por la República. Se entiende que la razón de ello estuvo dada por el hecho de que los estudiantes y los trabajadores radicalizados, tradicionalmente votantes de los partidos de izquierda, se mostraban en disconformidad y descreimiento por el sistema de partidos. No obstante, más allá del triunfo de la UDR, la necesidad de realizar cambios para aliviar la situación de malestar generalizado se volvía cada vez más urgente. Así, el Mayo Francés incidió en la regeneración de la vieja cúpula perteneciente al gaullismo y en la entrada en escena de nuevos actores políticos.