El materialismo histórico es una doctrina que interpreta la evolución humana a partir de las relaciones que los individuos mantienen con la producción económica, la segregación social, y cómo satisfacen sus necesidades. La producción es un factor clave del materialismo histórico, definida como las actividades mediante las cuales los bienes y servicios adquieren valor. En conjunción con la fuerza de trabajo, estas se vuelven las herramientas determinantes para conocer el desarrollo de las sociedades, siendo el origen de todo ello la transformación del trabajo. Aquí, el hombre tuvo que laborar y construir sus herramientas y métodos para cubrir sus principales exigencias de supervivencia, dando inicio a su progreso y establecimiento social.
El materialismo histórico es la esencia del trabajo generado por Friedrich Engels y Karl Marx, filósofos que colaboraron durante mucho tiempo para establecer un pensamiento revolucionario conocido como comunista-socialista. A partir de su obra, definieron al materialismo histórico como esencial para el avance humano hacia el modo de producción capitalista actual. Cabe destacar que el término, conocido de esta manera, no es en sí una creación de estos dos pensadores, sino que fue acuñado por un seguidor de su obra, el filósofo Gueorgui Plejánov.
El hombre, al cubrir sus necesidades esenciales mediante objetos, evidencia la existencia de un materialismo centrado en la propiedad y la creación o producción de algo tangible. De esta realidad surge una división de clases, entre los que crean dichos bienes y los que los desean o necesitan, estableciendo así una organización social, política y económica que deja atrás cualquier ideal relativo a una posible espiritualidad evolutiva. Por este motivo, en la teoría del materialismo histórico se sostiene que todo resultado de la historia ha dependido y dependerá de la actividad económica existente en la sociedad.
Características y elementos clave del materialismo histórico
Para entender el materialismo histórico claramente, se deben conocer sus características, siendo una de vital importancia la evolución de manera grupal y no individual. Por ello, lo social es clave en la historia de la humanidad. Colectivamente, se comenzó a sembrar, cazar y construir. Basándose en esta cualidad de la evolución, Marx establece etapas históricas del modo de producción que han sido determinantes:
Comunismo primitivo: Se denomina así porque no existían clases sociales ni propiedad privada; los medios de producción eran colectivos, al igual que la riqueza. Si se cazaba un animal, todos comían de él.
Esclavismo: Caracterizado por el trabajo forzado de alta explotación sin remuneración, solo lo necesario para subsistir; el hombre era propiedad de otro que controlaba los medios de producción y acumulaba mucha riqueza.
Feudalismo: La división de clases en este modo de producción fue bastante notoria, iniciándose la idea de una estructura piramidal, con campesinos y trabajadores en la base, seguidos de dueños de tierras, nobles y la realeza en la cima, conocida esta época como la Edad Media.
Mercantilismo: Surge la existencia de un estado para administrar la riqueza de la nación, obtenida a través de la acumulación de metales preciosos y otros factores de riqueza, siendo el comercio y la especialización en la producción clave para el desarrollo económico. La explotación laboral continúa, destacando siervos y esclavos.
Capitalismo: La propiedad privada se vuelve determinante, surgen avances tecnológicos que se integran a los modos de producción, el capital y el comercio generan riqueza, se paga un salario a la fuerza de trabajo, y emerge una división de clases notoria.
Se habla de dos últimas etapas como parte de una hipótesis, el socialismo y el comunismo. En el socialismo, debido a la explotación desmedida y la desigualdad en la riqueza, los trabajadores se unen y organizan para cambiar su situación, apropiándose de los medios de producción y distribuyendo la riqueza de manera equitativa. Después de esta reorganización social, se establecería el comunismo, donde florecería una sociedad sin divisiones de clases, con igualdad y tecnología como elementos fundamentales. Estas etapas, vistas desde el materialismo histórico, aún no se han implementado plenamente, presentándose casos de socialismos mal gestionados y sin éxito, como en Rusia, China, Cuba y Venezuela. Otra característica del materialismo histórico es la importancia de la fuerza de producción como consecuencia de todas las transformaciones mencionadas.
La estructura y la superestructura
Las herramientas gráficas, como los diagramas y especialmente la pirámide, han sido de apoyo para entender las divisiones o escalas. La pirámide, con su base amplia que la sostiene, es fácilmente interpretable en sentido metafórico como la base de la sociedad, donde se encuentra la estructura y la superestructura. El trabajo y su explotación han sostenido la evolución de la sociedad a lo largo de la historia, motivo por el cual los autores mencionan una base de elementos que, al combinarse, generan las transformaciones.
Estructura: Compuesta por todas las fuerzas productivas, las relaciones de producción y los modos de producción.
Superestructura: Considera elementos místicos, filosóficos e ideológicos esenciales, incluyendo instituciones reguladoras como el gobierno, la iglesia, y un conjunto de leyes, así como factores artísticos y culturales.