La localización es la ubicación que un objeto o persona tienen en un determinado espacio. El mismo requiere de coordenadas que otorguen puntos de referencia para que esta sea trazable y comunicable. Así, por ejemplo, desde el punto de vista urbano la localización se sirve de direcciones, calles y zonas con un nombre específico. A nivel geográfico, la misma se realiza a partir de la latitud y la longitud, criterios que remiten a líneas imaginarias denominadas paralelos y meridianos. La localización en un entorno es de enorme importancia para el hombre, circunstancia que explica que desde tiempos remotos existieran elementos y disciplinas que sirviesen para ese fin. En la actualidad, la tecnología provee de diversos sistemas que pueden efectuar una localización en extremo eficiente, independientemente del lugar en donde una persona se encuentre.
En tiempos pretéritos, las herramientas con que se contaban a la hora de definir una posición específica eran muy rudimentarias. Así, por ejemplo, los mapas carecían de algún tipo de escala, situación que dificultaba enormemente tener idea cabal de la proporción de las distancias. Así, por ejemplo, los astros eran elementos que los marinos solían utilizar para saber que ubicación tenían, dando algunas orientaciones en lo que respecta al camino a seguir. Con posterioridad, con invenciones como la brújula, instrumento que señala el Norte magnético, pudo establecerse una referencia más precisa que determinase una ubicación.
Como es sabido, a nivel planetario, las coordenadas que en la actualidad se utilizan para definir una localización específica son la latitud y longitud. La primera de éstas remite a una serie de líneas imaginarias que paralelamente se van trazando circunvalando el planeta; la segunda remite a líneas imaginarias que se cruzan entre sí entre los polos. Los mapas actuales suelen definir relieve y división política en función de estos parámetros.
En la actualidad existen diversos sistemas que posibilitan la localización de una persona con gran eficiencia. Un ejemplo de estas tecnologías es el denominado GPS, o sistema de posicionamiento global. El mismo consiste en la ubicación por medio de los satélites que orbitan en el espacio, satélites que se comunican con un dispositivo que la persona en cuestión tiene. Este fue una de las primeras experiencias en lograr un posicionamiento global automático, circunstancia que fue impulsada por investigaciones militares. No obstante, este sistema de geolocalización tiene en la actualidad competencia en otras tecnologías que utilizan las identificaciones únicas propias de las redes de WI-FI.