Se denomina ley a una norma emitida por una sociedad y que tiene la finalidad de regular las relaciones que existen dentro de ella. También pude referirse a una regla de índole natural que afecta un determinado fenómeno, una suerte de patrón que se cumple naturalmente y que la ciencia logra descubrir y definir. En todo caso, las leyes son cierto tipo de condiciones que deben cumplirse u omitirse de modo obligatorio.
Las ley como concepto jurídico debe rastrearse desde os albores de la humanidad. En efecto, ya en las primeras comunidades humanas existieron diversos códigos jurídicos que requerían la aceptación social. Este tipo de circunstancia estaba motivada por el hecho de evitar conflictos en la medida de lo posible o, al menos, arbitrar cuando estos se presentasen. En efecto, en tiempos primitivos, la venganza era una circunstancia común y corriente, por lo que el establecimiento de una serie de pautas de convivencia significó un auténtico acierto. A pesar de lo limitadas que estas primeras leyes pudiesen parecer, significaron un enorme avance en términos de civilización. En efecto, si contemplamos uno de los códigos jurídicos más antiguos que se conocen como el código de Hammurabi, veremos que presenta un intento de proporcionalidad en el castigo con respecto al delito cometido.
No obstante, el concepto de ley entraña discrepancias desde el punto de vista filosófico que hasta ahora tienen vigencia. En efecto, una de las preguntas que cabe hacerse es si las leyes son fenómenos sociales solamente o responden a alguna pauta moral grabada en la naturaleza del hombre. En efecto, estas dos posibilidades han sido de alguna manera las que han gobernado la teoría referente a la ley como fenómeno. Sin intentar resolver la cuestión en breves líneas, cabe señalar que solo considerar a la ley como un fenómeno social implicaría hacer una justificación de comportamientos execrables que se gestaron en el seno de regímenes autoritarios. En efecto, muchos de esos comportamientos fueron avalados o alentados por leyes dictadas en el seno de una sociedad. Es por ello que en la actualidad cobra vigor la idea de la necesidad de reconocer derechos que son intrínsecos a la persona humana, derechos que cualquier ley de cualquier estado debería reconocer.
Por último, el aspecto de obligatoriedad que una ley suele tener hizo que el mismo término se empleara para hacer referencia a circunstancias del mundo físico que cumplen un patrón recurrente. En general la expresión empleada también refiere al descubridor del patrón.