La crisis del 2001 trajo aparejada una grave situación política y económica. La deuda con el FMI y el descreimiento en la esfera política por parte de la sociedad, dejaban en claro que el neoliberalismo no había sido una respuesta acertada para la Argentina. En este contexto surgió una fuerza política de centroizquierda que retomaba las ideas del peronismo. Posteriormente denominado “kirchnerismo”, el nuevo movimiento proponía una alternativa antiliberal, nacional y popular para superar la crisis. El mismo ganó por primera vez las elecciones en 2003 y se mantuvo en el poder ejecutivo por 12 años.
Los gobiernos kirchneristas se caracterizaron por la cancelación de la deuda externa, el crecimiento industrial nacional, las políticas de derechos humanos y el alineamiento con los países latinoamericanos.
Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007)
Encabezando la fórmula de una coalición antineoliberal llamada Frente para la Victoria, Néstor Kirchner ganó las elecciones en 2003. Su gobierno representó un giro para la política local y la forma de concebir al Estado.
En principio, tuvo gran impulso la iniciativa en favor de los Derechos Humanos, representada por el juicio a los represores de la dictadura, y la derogación de las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida. Además, por primera vez, se cuestionó desde el Estado a la Teoría de los Dos Demonios que se había instalado durante el gobierno de Alfonsín.
Por otro lado, el gobierno de Néstor Kirchner se caracterizó por el reingreso a la política de los sectores populares y juveniles que, como consecuencia de la última dictadura militar, habían sido desplazados de la esfera pública.
En cuanto a la política económica, se buscó la cancelación de deuda con el FMI para romper con la dependencia del capital externo. La misma fue impulsada mediante la industrialización nacional y la integración latinoamericana. De esta forma, el Estado volvía a ser interventor en los asuntos nacionales, diferenciándose del neoliberalismo cuya propuesta había sido la de una libre interacción entre los agentes económicos. Asimismo, se asistió a la nacionalización de empresas privatizadas durante el gobierno de Carlos Menem.
Lo que se buscaba, en definitiva, era subordinar la economía a la política mediante la reconstrucción de un proyecto nacional y la alianza con el resto de los países latinoamericanos. Con estas medidas, se logró un crecimiento económico que repercutió en el aumento de los índices de empleo y la baja de los índices de pobreza. Así, mientras la crisis dejó un saldo de pobreza del 40%, para el 2006 la pobreza en Argentina pasó a ser del 22,3%.
Gobiernos de Cristina (2007-2015)
En las elecciones de 2007 el kirchnerismo propuso como candidata presidencial a la esposa de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, quien tenía una amplia trayectoria en la política. Se planteó una postura de continuidad con el gobierno anterior.
Tras ganar las elecciones, dicha continuidad fue evidente en los ministros designados, la relación amistosa con los países latinoamericanos y las políticas de Derechos Humanos.
Como características especiales, los gobiernos de Cristina Fernández abocaron gran parte de la inversión a la ciencia y la técnica. De hecho se creó un nuevo ministerio, el de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Asimismo se creó la empresa Arsat que se encargó del manejo de las actividades espaciales y logró enviar al espacio dos satélites de fabricación nacional.
Una cuestión trascendental del gobierno de Cristina Fernández fue su inversión en políticas educativas. Se creó el programa Conectar Igualdad de entrega de netbooks a alumnos y docentes, se creó el programa FinES para la finalización de la educación primaria y secundaria en adultos, se invirtieron en equipamientos para las escuelas, y proliferaron las universidades nacionales.
En cuanto al proyecto económico, tanto como el gobierno de Néstor Kirchner, también fue de corte nacionalista. Fundamentalmente tuvo gran desarrollo la industria electrónica en la provincia de Tierra del Fuego. Así, para finales de su gobierno había unas 200.000 empresas nacionales nuevas en todo el país y Argentina ocupaba el segundo puesto entre las naciones iberoamericanas en índice de desarrollo humano, detrás de España.
Oposición
Al kirchnerismo se le ha opuesto el “antikirchnerismo”, el cual es crítico de la forma de proceder de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández respecto de la economía nacionalista y la planificación social. Asimismo, se critica la falta de transparencia en los gastos que son asociados a gestos de corrupción. Esta postura irreconciliable entre ambos bandos se ha dado en llamar “grieta”.
Entre sus principales opositores se encuentran los sectores rurales y los medios de comunicación monopólicos. En cuanto a los primeros, la oposición que había iniciado durante el gobierno de Néstor Kirchner, se agravó en 2008 tras la disposición del gobierno de crear una ley de retenciones a la soja y el girasol. Los sectores del campo reaccionaron bloqueando rutas y declarando paros y la ley finalmente no fue sancionada. Lo paradójico de este caso fue que el propio vicepresidente de Cristina Fernández, Julio Cobos, votó en contra de la sanción de la ley.
De forma similar sucedió con los medios de comunicación monopólicos. Si bien ya eran opositores al kirchnerismo, el conflicto se agravó en 2009, con la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual por la cual se concedieron nuevas licencias radiales y televisivas, y se despenalizaron las calumnias e injurias en los medios, lo cual buscaba favorecer la libre expresión.
La oposición finalmente triunfó en las elecciones ejecutivas de 2015, bajo la figura de Mauricio Macri, quien gobernó la Argentina por cuatro años. Desde las elecciones de 2019, volvió a gobernar el kirchnerismo, posicionando estratégicamente a Cristina Fernández en la vicepresidencia.