La jerarquía es el orden de primacía que se establece en un colectivo de personas. Por lo tanto, jerarquizar será la manera en que se organiza la graduación de un grupo humano.
En algunas formas de organización de grupos humanos existe la tradición de establecer un principio de mando escalonado, desde el máximo responsable, siguiendo por los mandos superiores e intermedios, hasta llegar a los miembros de nivel inferior. Esta estructura es milenaria y desde las primeras etapas de la civilización el ser humano la ha incorporado. Los dos ámbitos característicos donde existe una jerarquía son el estamento militar y en los grupos religiosos.
Todos los ejércitos se organizan jerárquicamente. El principio que rige esta fórmula es otorgar el mando a la persona más cualificada. Así, el máximo responsable de un ejército tiene que haber superado una serie de pruebas y haber demostrado unas cualidades que le hagan merecedor de ostentar el mando. Las cualidades de mando ( también llamado liderazgo ) son esenciales en el mundo militar. Hay que pensar que miles de soldados están dispuestos a arriesgar sus vidas y para hacerlo deben confiar ciegamente en el orden jerárquico establecido. La idea de respeto al superior resulta igualmente importante en este estamento.
En los grupos religiosos hay un esquema jerárquico. De hecho, en la iglesia católica el mando supremo lo ejerce el papa, luego los cardenales, obispos y así paulatinamente hasta los sacerdotes de base.
Jerarquizar obedece a una necesidad técnica y la finalidad es la mayor eficacia posible para que un colectivo cumpla sus objetivos. Esta idea se aplica al mundo empresarial, en el que hay un escalafón laboral, siendo el propósito la mejor gestión posible.
Si bien la finalidad de la jerarquía es optimizar los resultados del grupo, hay aspectos que pueden ser negativos. Es frecuente que el escalafón provoque enfrentamientos entre los miembros de un colectivo, ya que hay una lucha por el poder y en ella el ser humano expresa su peor cara. Otra circunstancia problemática es la gestión de la jerarquía. Dicho con otra palabras, de qué manera y quién se ocupa de establecer el orden. Este aspecto es polémico en ocasiones, ya que un procedimiento bien planteado es rentable, pero uno que no lo sea provoca problemas de todo tipo: desánimo, pérdida de operatividad, etc.
Algunos grupos intentan evitar el criterio jerárquico, por considerarlo obsoleto y poco democrático. Es el caso de las cooperativas de trabajadores, en las que hay distintas funciones aunque sin los conceptos de superioridad e inferioridad.