Se denomina jefe a la persona que tiene bajo su cargo a un grupo de personas y debe orientarlas a la consecución de distintos objetivos. El término se aplica especialmente al plano laboral, en el que en las empresas suelen existir sectores con tareas específicas que una persona coordina. Se ha discutido mucho cuales son las virtudes que un jefe debe tener para cumplir con sus finalidades; en el ámbito corporativo suele hacerse hincapié en la comunicación que irradia, en la proactividad, en la motivación de sus equipos, etc. Lo cierto es que es difícil concretar alguna de estas sugerencias si no existe un ámbito de confianza que permita la puesta en común de dudas, de propuestas y de disconformidades.
Puede decirse que el rol del jefe ha cambiado considerablemente con el paso del tiempo. El rol del capataz, propio del entorno fabril y de orientación plenamente jerárquica sin lugar a dudas ha quedado francamente obsoleto. Es por ello que en la actualidad se propende a un liderazgo más natural que sea motor de nuevas propuestas y de que cada uno libremente ponga en común sus habilidades. Lo que acaece es de notable importancia si se entiende la predisposición natural del hombre en lo que respecta a la resolución de problemas. En el pasado, se necesitaban de manera prioritaria la repetición de actividades mecánicas y previamente sistematizadas, propias de un período en que la producción se organizaba de un modo completamente diferente. Hoy en día, por el contrario, se necesita del aporte creativo del personal y este solo se puede lograr con la motivación y la valoración de su trabajo.
Es desde esta perspectiva que el rol del jefe ha variado substancialmente con respecto al pasado. Este, debe lograr la cohesión del grupo y formar un equipo en donde cada participante se sienta comprometido a aportar valor. Este compromiso no puede nunca consistir en una imposición externa, sino que debe contar con el asentimiento de la persona involucrada. Es importante hacer en este sentido una observación: las ideas realmente innovadoras surgen desde el compromiso libre y la libertad antes de la imposición.
Dada las consideraciones previas, es importante notar que es importante que la organización en cuestión, ya sea una empresa, una ONG o una entidad pública debe otorgar alguna capacitación a la persona que deba llevar a cabo acciones de liderazgo. No obstante, existe un componente personal imposible de transmitir en una formación, una inclinación natural por el rol.