La comunicación asertiva se basa en una actitud personal positiva a la hora de relacionarse con los demás y consiste en expresar opiniones y valoraciones evitando descalificaciones, reproches y enfrentamientos. Esto implica que la comunicación asertiva es la via adecuada para interactuar con las personas.
Una de las claves para establecer buenas relaciones personales y profesionales
Se produce una comunicación asertiva cuando se expresa un mensaje en el que las palabras y los gestos transmiten claridad y, al mismo tiempo, una actitud de empatía hacia el interlocutor. En otras palabras, se trata de comunicar las propias ideas de manera sincera y creando un clima positivo y sin ánimo de conflicto.
Para que la comunicación asertiva sea posible es necesario controlar las emociones, de tal manera que se eviten tanto las actitudes agresivas como las sumisas o pasivas. En este sentido, la agresividad en la comunicación es una fuente de conflictos y una actitud sumisa resulta igualmente perjudicial (un ejemplo de comunicación sumisa sería dar la razón al otro y no defender la propia posición con el propósito de evitar un posible enfrentamiento verbal).
La utilidad de la comunicación asertiva
Cuando nos comunicamos tenemos in mente algún objetivo concreto, por ejemplo convencer a nuestro interlocutor, dar una orden a un subordinado o sugerir una idea a un grupo de amigos. La asertividad es útil en cualquier circunstancia de la comunicación. Esto queda de manifiesto si tenemos en cuenta todos los aspectos negativos relacionados con la comunicación no asertiva.
Hay que entender la comunicación asertiva como una herramienta que permite optimizar las relaciones humanas. En esta línea, los expertos en comunicación consideran que la asertividad depende en gran medida de la inteligencia emocional de cada individuo.
La comunicación asertiva y estos las relaciones de poder
Entre dos amigos o dos compañeros de trabajo la comunicación asertiva debería ser la norma habitual, pues en este tipo de relaciones no hay un individuo que tenga un rango superior al otro sino que ambos se encuentran en un mismo plano de igualdad. Sin embargo, en las relaciones entre un jefe y un subordinado la comunicación asertiva puede interpretarse de manera inadecuada o incluso ser una fuente de conflictos.
En las relaciones de poder, las personas implicadas no se encuentran en un plano de igualdad y esta circunstancia dificulta la comunicación asertiva. Lo más habitual en la mayoría de estos casos es que el subordinado no diga al jefe lo que piensa realmente.