La jardinería es considerada como una rama del arte, que se encarga del diseño de jardines y de la práctica de cultivar los mismos. La jardinería puede realizarse tanto en espacios abiertos (al aire libre) como así también en espacios cerrados, como en pequeños espacios del interior de una casa, patios internos a una construcción, etc.
En un jardín (abierto o cerrado) pueden cultivarse flores, hortalizas y verduras (lo que sería una huerta) y en el caso de espacios con un tamaño considerable, también pueden cultivarse árboles.
La jardinería se divide en horticultura, que es el cultivo de legumbres; la arboricultura, que es cultivo de árboles de frutos; la floricultura, que refiere al cultivo de flores y el cuidado de viveros, donde se cultivan árboles y pequeños arbustos.
Claro que dentro de un jardín, estas actividades pueden ser realizadas en pequeña escala, puesto que la horticultura por ejemplo también es una actividad primaria que se enmarca en circuitos económicos de gran escala, con producciones gigantescas de materia prima, con destino al mercado interno y a la exportación hacia mercados internacionales.
La jardinería, en cambio, es una actividad a pequeña escala, donde las labores en general son siempre manuales y en muy pocas ocasiones se hace uso de herramientas electrónicas, sino más bien que éstas son de uso manual y mecánico: carretillas, palas, regadores pequeños, rastrillos, entre otros. Además, es común que en las actividades de jardinería el cuidado de los vegetales sea mucho más intensivo, poniendo el foco en cada uno de ellos y muchas veces realizando de manera casera compuestos que ayudan a combatir plagas de insectos o parásitos que afecten los vegetales.
En principio, la jardinería se realiza por una cuestión de gusto, porque se disfruta y se siente placer en realizar tareas de cuidado y manutención de jardines, que a su vez pueden satisfacer algún tipo de necesidad, que puede ser estética, como en el caso de querer tener en el propio hogar un espacio vistoso y atractivo a la vez que natural, o también un fin alimenticio, como sería el de las huertas, donde se pueden cultivar diferentes alimentos.
El término de “jardinería” tuvo su primera utilización a fines del siglo XVII, y en el año 1709 se comienza a utilizar para designar a una actividad con rango “de nobleza” a partir de un tratado de Dézallier d’Argenville que era un gran apasionado por los jardines, y en su publicación reunió algunas técnicas para el arte de la jardinería y del cultivo de hortalizas.