Último Gran Maestre de Los Templarios.- Para entender la relevancia de Jacques Bernard de Molay, un noble y militar de origen francés y que se desempeñó como el último Gran Maestro de la Orden del Temple es preciso justamente saber que fue esta singular orden, llamada popularmente también como Caballeros Templarios, que tuvo una notable injerencia en la vida militar y cristiana durante la Edad Media.
¿Qué fue la Orden del Temple?
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón u Orden del Temple fue fundada en el siglo XII, entre el 1118 y el 1119 por nueve Caballeros liderados por Hugo de Payns, luego de la Primera Cruzada. En estos tiempos convulsionados en el que primaban guerras por la fe fue necesario proteger por ejemplo a los cristianos que decidían peregrinar a Jerusalén luego de la conquista y con esta especial misión es que Payns y su grupo promovió la creación de esta orden que los sobreviviría y que se mantendría activa durante unos dos siglos.
La importancia durante las Cruzadas
Diez años después de su creación fue reconocida formalmente por la Iglesia Católica. Como consecuencia de su impronta y tarea supieron difundirse y crecer en miembros muy rápidamente. También el éxito que tendrían las Cruzadas sería fundamental para aumentar la importancia de esta orden. Se distinguían por el uso de un manto blanco que tenía impresa una cruz roja.
Sus miembros eran avezados militares, muy entrenados, dado la tarea que tenían como misión.
Un Líder comprometido y talentoso que murió por ese compromiso
En tanto, Jacques de Molay, el último Gran Maestre, líder de la orden de los Templarios nació en Francia, en el siglo XIII, entre los años 1240 y 1244 y tuvo un origen noble, su padre era dueño de una población. Durante su liderazgo la Orden caería en desgracia, sufriría acusaciones tremendas e incluso el propio Molay fue asesinado a causa de los delitos que se les atribuían.
En el año 1265 decidió sumarse a la Orden y dadas sus cualidades llegaría a convertirse en líder. Encaró con éxito muchas misiones militares contra los musulmanes y hasta llegó a ingresar a Jerusalén.
En los inicios del siglo XIV, El Papa de aquel entonces Clemente V y el monarca Francés Felipe IV lo detienen y acusan de sacrilegio.
Fue quemado vivo en las inmediaciones de la Catedral de Notre Dame en el año 1314.