La palabra intrínseco indica que algo tiene una cualidad en sí mismo. Por lo tanto, se trata de un rasgo genuinamente inherente a aquello que se define. En otras palabras, si algo es intrínseco a una cosa o realidad, no se puede separar de ella.
Lógicamente, el término opuesto es extrínseco y se utiliza para indicar que ciertas características no tienen un carácter esencial.
Intrínseco versus extrínseco
Decimos que algo es intrínseco cuando es esencial, mientras que lo extrínseco tiene una dimensión accidental. Si pensamos en el ser humano, el lenguaje es algo esencial, mientras que el idioma que se habla es circunstancial y accidental, pues no depende de la condición humana en sí misma sino de las circunstancias que afectan a los individuos.
La distinción intrínseco-extrínseco permite diferenciar cualquier realidad que queramos explicar, pues siempre hay elementos genuinos y propios y elementos que no lo son.
En el contexto de la economía
El valor intrínseco en economía se utiliza normalmente en referencia al valor de unas acciones. Así, se estiman unas futuras ganancias y a ellas hay que deducir o descontar los intereses que generan y el resultado final es el valor intrínseco de las acciones o de cualquier producto financiero. Se trata de un concepto subjetivo y, paralelamente, es una medida que sirve para valorar la viabilidad de un negocio. El concepto opuesto es el valor temporal. En la terminología bursátil se emplea el método de Discounted Cash Flow o Descontado Caja de Flujo para calcular el valor intrínseco de las acciones.
En economía es habitual distinguir entre el precio y el valor intrínseco de algo. Si compramos un objeto a un precio determinado es porque le otorgamos a dicho objeto un cierto valor intrínseco de una manera subjetiva (por ejemplo, consideramos que es algo exclusivo, raro u original). Así, cuanto mayor sea al valor intrínseco que damos a algo, mayor será el precio que estamos dispuestos a pagar por ello.
En el contexto de la filosofía
Si pensamos en valores como la dignidad, el altruismo, la bondad o el respeto decimos que son buenos (y por lo tanto, que tienen valor) no porque sean útiles o por razones estéticas o de otra índole, sino porque les otorgamos un valor en sí mismo.
Las ideas de belleza, amor, amistad o paz no son importantes desde un punto de vista subjetivo, sino que tienen valor y sentido en un sentido objetivo. De hecho, resulta casi imposible imaginar que dichas ideas pudieran desaparecer. En consecuencia, se trata de ideas con un valor intrínseco.