Se denomina injusticia a un estado de situación en la que se adeuda hacia una persona lo que se le debe, ya sea en respeto, consideración, bienes económicos, etc.; es en definitiva un estado de violación de la ley. Por el contrario, se hace referencia a una situación justa cuando se procede conforme a derecho y se le concede a una persona aquello que le corresponde. La injusticia puede tener distintas referencias, distintas connotaciones según el discurso en el que se encuentre escrita. La mayoría de las veces refiere a una situación referente al derecho positivo, pero muchas veces se alude con ella a una situación de inmoralidad que no está legislada.
Una expresión recurrente en los discursos que remiten a la situación de la población en general es la denominada injusticia social. Esta hace referencia a la incapacidad de la sociedad de hacer llegar a toda la población los bienes económicos que produce. En otras palabras, es aquella que refiere a los enormes bolsones de pobreza que se extienden en todo el mundo y que el enorme desarrollo logrado no parece capaz de resolver. En este sentido se han puesto innumerables veces voces de alarma contra esta situación sin que se hayan podido realizar avances significativos. Como una forma de paliar este flagelo se ha procedido a enfatizar el rol del estado como un agente de distribución; no obstante esta actitud rompe con el criterio de no intervención de éste en la economía. El economista preferido para aludir a la solución de estos temas es John Maynard Keynes, quién tuvo que vivir en una época convulsionada y describió procesos de equilibrio en el mercado laboral sin que este presupusiera pleno empleo, circunstancia que proponía subsanar elevando el gasto del Estado.
Desde el punto de vista económico, se han barajado muchas propuestas desde entonces para solucionar el problema de esas injusticias sociales. A pesar del rechazo que Keynes pueda provocar en algunos economistas, lo cierto es que se requirió una vuelta a sus presupuestos. Para solucionar la crisis de Estados Unidos que se generó por la burbuja inmobiliaria.
En cuanto a la injusticia desde un punto de vista meramente jurídico, es pasible de ser denunciada y corregida por los tribunales pertinentes una vez que se haya demostrado como tal. En este sentido, puede hablarse de injusticias</strongs de índole comercial, de índole penal, de índole civil, etc. En este caso, la situación injusta está definida por la ley, pero les compete a los jueces precisar si se incurrió en ella.