Las entidades tienen una finalidad concreta. Hay organizaciones empresariales, deportivas, institucionales, con carácter social o cultural. Todas ellas proyectan y comunican una idea o unos valores. Y para hacerlo necesitan de una imagen publicitaria.
El publicista es un profesional dedicado a todo lo concerniente a la proyección externa de una entidad. El elemento clave de esta proyección es la imagen que se publicita.
Generalmente la imagen publicitaria tiene un fin comercial, por lo que el creador de dicha imagen intenta que sea lo suficientemente atractiva para llamar la atención de los potenciales consumidores.
El publicista es el responsable de crear la imagen de una organización y para hacerlo debe tener muy en cuenta factores diversos. Por una parte, el producto que vende la empresa y el sector y, principalmente,qué idea pretende comunicar. Por otro lado, hay una serie de cuestiones técnicas que intervienen en la imagen: el color predominante, la forma, el tipo de letra empleado, la originalidad o la simplicidad. Detrás de la elección de una imagen u otra hay un trabajo complejo, casi de ingeniería. El publicista tiene que sopesar el significado de cada elemento de la imagen, ya que el éxito o el fracaso de su cliente va a depender del mensaje que éste proyecte a la sociedad.
El concepto de imagen publicitaria tiene tres niveles relacionados entre sí: el creador, el cliente y el consumidor. El primero inventa una imagen, el segundo la utiliza para sus propósitos comerciales y el consumidor la observa, de manera consciente o inconsciente.
Los expertos en comunicación saben que la imagen publicitaria va más allá de un logotipo, una bandera o un símbolo. Es un concepto más amplio, ya que la imagen se alimenta de todo lo que se comunica al exterior. De alguna manera, todo es imagen. Pensemos en una empresa pequeña, una peluquería. ¿ Cuál sería su imagen publicitaria ? La lista sería casi interminable: el letrero del establecimiento, las fotografías en el escaparate, las tarjetas para los clientes, el uniforme de los trabajadores, los colores predominantes o el diseño del mobiliario. Incluso si todo fuera perfecto, pero estuviera lleno de polvo, la imagen final sería pésima.
La publicidad intenta vender un producto o un servicio y tiene que saber conectar con la gente. El precio del producto, la administración y la ubicación empresarial son relevantes, aunque la imagen publicitaria es el escaparate a través del cual va a ser observada una empresa. Cuanto mejor sea el escaparate, mejores serán las ventas.