Se denomina idea principal a un concepto de gran importancia en un discurso o parte de éste. La idea principal suele servir como fundamento de toda una serie de ideas subalternas, que dependen directamente de ella. Una idea principal puede ir acompañada de otras de igual tenor, relacionándose entre sí de un modo lógico, formando la estructura conceptual sobre la que se funda el discurso en cuestión. Por contraposición la idea secundaria es aquella que complementa la principal, explicándola o extendiéndola; puede suprimirse sin que se afecte el sentido último de lo expresado. La distinción entre ambos tipos de ideas es un proceso de gran utilidad a la hora de realizar el estudio de un texto de gran extensión, motivo por el que se suele utilizar como procedimiento de estudio y para confección de resúmenes.
Cada discurso suele tener una estructura que lo organiza de un modo convencional. Esto significa que existen determinados géneros, determinadas codificaciones que ostentan determinados rasgos y que sirven como un medio para la comunicación de ideas. Así, una tesis es un género o tipo discursivo, a lo igual que un artículo periodístico, una novela, etc. Todas estas expresiones tienen una serie de partes identificables, cada una de ellas sustentada en una o varias ideas principales. En ocasiones es difícil observarlas de modo explícito, pero al menos pueden expresarse en de modo implícito, a través de distintas oraciones. Estas ideas principales pueden extraerse y formar con ellas un texto de mayor brevedad, pero de mayor dificultad a la hora de comprenderlo. En efecto, las ideas secundarias suelen tener como finalidad hacer accesible una serie de conceptos a un público que tiene desconocimiento de ellos.
El criterio que puede utilizarse para saber si una idea es principal o secundaria es considerar si su omisión haría perder sentido al discurso en cuestión. Si la respuesta es positiva, entonces nos encontraremos ante una idea de relevancia que sirve de fundamento a lo expresado; de lo contrario, nos encontraremos con una idea secundaria. Como se ha sugerido, en ocasiones este ejercicio puede ser útil, en especial cuando se quiere desmenuzar a lo expresado como una forma de lograr un mejor conocimiento; los estudiantes de cualquier tópico suelen estar familiarizados con este proceder, sobre todo en ámbitos de educación formal.
Aunque no se realice de un modo deliberado, la comprensión de un determinado discurso implica la captación de sus ideas principales; este proceso se efectúa de modo natural la mayoría de la veces.