La geografía política es una parte de la geografía orientada a considerar la superficie del planeta desde el punto de vista de su organización política. Esto significa que se intentará dar cuenta los distintos espacios de la Tierra en función de los movimientos políticos que albergan. Así, la geografía política podrá aludir a la organización de distintas áreas en países y a la organización de estos países en grupos regionales de mayor envergadura. También se abocará a estudiar las relaciones que los países y los grupos regionales tienen entre sí, como interactúan económicamente, como resuelven sus conflictos, etc. La geografía política abreva entonces de la relación entre las diversas relaciones de poder con un espacio determinado.
Esta disciplina nació dado el interés que existía con respecto a las posibilidades militares que los países podían tener en función de la ocupación de un territorio determinado. En efecto, en el pasado una determinada zona podía tener un interés especial por el hecho de garantizar supremacía bélica ante la hipótesis de un conflicto. Con el desarrollo de las modernas tecnologías, no obstante, esta incidencia del territorio cobra cada vez menos relevancia en una consideración de estas características.
Cualquier consideración política solo puede hacerse en función de la existencia de un estado. El mismo consiste en una determinada organización jurídica que tiene influencia en una región determinada. Como vemos, la misma aparición el estado implica una determinada zona geográfica en particular. La geografía política se encarga del estudio de estas circunstancias, pero también de aquellas que implican organizaciones políticas de mayor y menor envergadura. Así, los estados tienen en su interior organizaciones políticas de menor tamaño como por ejemplo una provincia, una región, etc.; paralelamente estos estados establecen pactos con otros en igualdad de condiciones, esperando que los mismos se respeten.
Un aspecto que la geografía política toma en consideración es la influencia que un determinado estado puede tener con los demás en función de su pertenencia geográfica. En efecto, existen estados que debido a las riquezas de sus suelos pueden tener un cierto nivel de influencia en los demás. Un claro ejemplo de esta circunstancia puede ofrecerlo la tenencia de petróleo u otras fuentes energéticas. Cuando estas circunstancias se presentan, pueden generar una ventaja estratégica; en efecto, la presencia de autoabastecimiento energético hace a ese país menos dependiente de los demás y a su vez hace a otros países dependientes de éste. Otro tipo de ventaja en este sentido puede ser, por ejemplo, el control de una ruta comercial.