Un genocidio implica la acción de exterminio sobre un grupo sociocultural por motivos étnicos, raciales, religiosos y/o nacionales para lo cual se lleva a cabo un plan sistemático que puede incluir desde la privación de los medios de subsistencia hasta el asesinato masivo. Como constituye un crimen contra toda la humanidad, el genocidio es considerado un delito internacional, que debe prevenirse y sancionarse. Asimismo, se trata de un crimen imprescriptible, es decir, que no pierde vigencia penal con el pasar de los años.
Historia del origen del concepto
El concepto de “genocidio” fue utilizado por primera vez por parte del jurista Raphael Lemkin, en su libro “El dominio del Eje en la Europa ocupada”, publicado en 1944, para dar cuenta del plan sistemático de exterminio de comunidades judías en la Alemania nazi. Así, según la definición de Lemkin, un genocidio es “la puesta en práctica de acciones coordinadas que tienden a la destrucción de los elementos decisivos de la vida de los grupos nacionales, con la finalidad de su aniquilamiento”.
Es de destacar que, si bien se utilizó el término para las acusaciones llevadas a cabo durante los Juicios de Núremberg (1945-1946), no fue empleado en la sentencia de los jueces que acusaron a los nazis de cometer “crímenes contra la humanidad”. No obstante, el concepto sí se utilizó en la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, aprobada por la ONU en 1948.
Posteriormente, en la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad, llevada a cabo por la ONU en 1968, se estableció que los genocidios no prescriben como crímenes, es decir que no pierden validez como acusación penal con el pasar de los años. Este precedente fue fundamental para condenar al genocida nazi Erich Priebke en el año 1995 por los crímenes que había cometido en 1943.
Finalmente, en el Estatuto de Roma, adoptado en 1998, se definió al concepto de genocidio como a aquellos actos “perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”.
Características
Un genocidio cuenta con características particulares que lo definen. En primer lugar, se caracteriza porque su objetivo consiste en exterminar a un grupo cultural mediante una planificación sistemática y organizada. Asimismo, el genocidio se define por basar sus acciones en motivos religiosos, étnicos, raciales y/o nacionales. Así, es el odio extremo el que motiva sus objetivos de aniquilamiento. En este sentido, el accionar es de forma simultánea sobre todo el grupo cultural, pero incluso el asesinato de una sola persona puede ser un genocidio si el objetivo es aniquilar a una cultura. En otras palabras, un genocidio no se define por el número de personas que son víctimas fatales del mismo, sino por su objetivo.
Otra característica de los genocidios es que constituyen violaciones a los derechos humanos ya que incluyen acciones que abarcan desde la privación de los medios de subsistencia hasta el asesinato masivo y la tortura. En este punto, un genocidio también se caracteriza por tener una magnitud de violencia que lo convierte en un crimen imprescriptible.
Finalmente, se debe remarcar que un genocidio no es asimilable a una guerra ya que en esta última se enfrentan dos bandos que combaten con sus ejércitos profesionales por un territorio o un recurso; a diferencia del genocidio que, como decíamos, su objetivo es el exterminio.
Ejemplos históricos
Según los historiadores, los genocidios han asesinado, solo en el siglo XX, a una cifra que rodea los 70 millones de personas. Algunos ejemplos de genocidios cometidos en los últimos años son:
Shoá: también conocido como Holocausto, fue el genocidio cometido contra la población judía por parte de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El mismo resultó en una cifra de más de 6 millones de judíos asesinados que murieron por asfixia con gases, hambre extremo, golpes, disparos, entre otros.
Genocidio armenio: ocurrió entre 1915 y 1923 en el marco de la Primera Guerra Mundial. El mismo implicó la deportación forzosa y el intento de aniquilamiento del pueblo armenio por parte del Imperio Otomano. La cifra de víctimas superó el millón y medio de civiles armenios.
Genocidio de Ruanda: este genocidio consistió en el intento de exterminio de los tutsis por parte del gobierno Hutu. Ocurrido entre abril y julio de 1994, resultó en el asesinato de más del 70% de la población Tutsi. A partir de este genocidio, la violencia sexual pasó a ser considerada como un acto de tortura.
Referencias bibliográficas
Bruneteau, B. (2009) [2004]. “El siglo de los genocidios”, Madrid: Alianza Editorial.Lemkin, R. (2009) [1944]. “El dominio del eje sobre la Europa ocupada”, Buenos Aires: Prometeo Libros.