El ser humano es un ser complejo que presenta diferentes valores y actitudes, muchas de ellas valiosas para la vida en sociedad y muchas otras que no lo son. Entre estas últimas, los actos delictivos son tal vez de los hechos más dañinos para una sociedad porque implican siempre el daño físico, moral o emocional para un tercero. Uno de esos casos es el de la extorsión, que si bien puede no implicar agresión o violencia física, significa una forma de amenaza y agresión emocional o psicológica sobre una persona específica.
¿En qué consiste este tipo de delito?
Para comenzar, es importante dejar en claro que cuando hablamos de extorsión estamos haciendo referencia a un delito. Esto es así porque la acción de extorsionar a alguien implica amenazarlo (con violencia física o no) para que realice algo que beneficio al delincuente so pena de agredirlo, generarle problemas, agredir o poner en riesgo la integridad física de algún ser querido, etc. si no cumple esa exigencia.
Por lo general, la extorsión supone un vínculo muy fuerte de dominación y sumisión, ya que la persona que es extorsionada no puede tan fácilmente escapar de ese tipo de agresión física o psicológica. Por ejemplo, es común que se extorsione a alguien a quien se conoce y de quien se sabe cuáles son las debilidades, por lo cual la amenaza cumple su función. Un claro ejemplo de esto puede ser cuando un hombre ejerce violencia física sobre su mujer y la extorsiona para que haga lo que quiera bajo la amenaza de sacarle a los hijos o lastimarlos, etc.
La dificultad de probar una extorsión
Uno de los principales problemas que supone este tipo de accionar es que siempre se da en secreto, en el ámbito privado o en espacios ocultos donde nadie ve o escucha esa amenaza. Así, es muy difícil de comprobarla, ya que es la palabra de una persona sobre la otra, normalmente no hay pruebas físicas de tal acto sino simplemente amenazas que pueden dar miedo o temor a la persona y mantenerla asustada bajo un posible hecho doloroso futuro.
La extorsión es muy típica también del ámbito político y esto muchas veces se entiende como un hecho normal de la actividad, ya que la política implica siempre un juego de poderes e intereses en los cuales quienes tienen el temor de perder beneficios pueden amenazar a otros para no verse privados de ellos.
Muchas veces son corporaciones, empresas o instituciones poderosas quienes extorsionan a políticos de modo de evitar perder sus privilegios. En este caso también hablamos de delitos muy difíciles de comprobar.
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