Concepto abstracto y complejo como pocos, esencia es un término que muchas veces entendemos y usamos fácilmente pero que no es tan fácil de explicar. Podríamos decir en una primera aproximación que es aquello que nos lleva a lo más puro e interno de cada persona, pero también de cada ser vivo. Esa esencia es intercambiable e invariable porque es, en definitiva, lo que nos convierte en lo que somos y no en otra cosa.
Hay dos filósofos centrales de la tradición griega que han hecho sus aportes sobre el concepto de esencia
Uno de ellos es Platón, quien dividió al mundo conocido en dos grandes esferas: el de las cosas sensibles, aquellas que podemos captar a través de los sentidos, y el mundo de las ideas, aquellas que son perfectas y que se acercarían a la noción que podemos tener de esencia. A esas ideas o esencias es, según Platón, a lo que debemos apuntar.
Por otro lado, Aristóteles tomó esa misma división hablando de sustancias sensibles y sustancias que se podrían captar sólo a través de la filosofía. En este último caso estamos hablando de la esencia de las cosas, algo abstracto que se escapa a la capacidad sensible pero que es inteligible a través de la razón y de la sabiduría.
La esencia como reflejo de nuestras identidades
Entendemos hoy en día que todos nosotros como seres humanos y también que todas las cosas tienen una esencia. Esto es aquello que nos hace quienes somos y no otra cosa. Esa esencia es algo inmutable, que no se puede cambiar ni alterar más allá de que ciertos aspectos de nuestra vida puedan alterarse, como por ejemplo nuestro estado civil, nuestra edad, el lugar en el que vivimos, etc. Todos estos predicados contribuyen a construir nuestra identidad pero hay algo que no varía y que permanece siempre igual en nuestro interior, en nuestro ser más íntimo y puro que pocas veces es conciente.
¿La bondad es esencial para el ser humano?
Muchos filósofos han discurrido sobre esta cuestión a lo largo de la historia: ¿es la bondad esencial o parte de la composición más pura e intrínseca del ser humano? Mientras algunos han sostenido que el ser humano es por naturaleza bueno y solidario, otros señalan que el ser humano es un ser conflictivo y que por lo tanto, la convivencia pacífica es imposible, razón por la cual es necesario que medien instituciones de control y de gobierno que rijan la vida cotidiana.