Cuando en la prehistoria el ser humano descubrió el fuego, al mismo tiempo dio el primer paso para la creación de la energía calórica. Y fue posible porque del movimiento de las piedras para crear una chispa ( energía mecánica ) se pasó a otra fuente de energía, el calor del fuego. Este sencillo ejemplo nos recuerda una idea que todos hemos escuchado alguna vez: la energía se trasforma, no se crea de la nada.
En realidad estamos rodeados de energía, porque en todo lo que ocurre hay la participación de alguna fuente energética. La función principal de la energía calórica ( llamada también térmica o calorífica ) es producir cambios. Un cuerpo caliente en contacto con uno frío provoca que, con el tiempo, la temperatura de ambos se equilibre.
Hay tres maneras de trasmitir la energía del calor. Por una parte, mediante la conducción, y es lo que sucede cuando un metal entra en contacto con el calor. Otra forma de modificación del calor es por convección, y es lo que ocurre en el caso de que los líquidos se sometan a una fuente calórica. Por último, el calor se transmite por radiación, donde no hay un contacto entre cuerpos sino que la energía se transfiere directamente, y es lo que experimentamos con la acción del Sol.
La energía calórica está muy presente en la vida diaria: al ducharnos, cuando cocinamos, si vamos a correr, al encender la estufa o al frotarnos las manos. En cualquier caso, el nivel de calor puede medirse. Para ello, utilizamos un termómetro, empleándose la escala de grados centígrados del 0 al 100; 0 porque es la temperatura a la que el agua se congela y 100 porque es el momento en el que el agua hierve. El calor es, por lo tanto, una cantidad de energía que se puede medir mediante la temperatura.
Al pensar en la energía calórica hay que entenderla como aquello que provoca un cambio. Un buen ejemplo es el uso de paneles solares. Éstos reciben la energía del sol y la modifican o transforman en otra energía: la electricidad.
La energía calórica es el combustible que permite que las cosas se muevan. Puede ser de tipo natural, por la participación del Sol, y puede ser por otros combustibles ( petróleo, carbón, gas… ). El calor como energía está en la vida cotidiana, en la industria y en los procesos naturales.
Si trasladamos la idea de energía calórica al lenguaje, nos daremos cuenta de su importancia. Decimos que alguien tuvo un recibimiento cálido, el calor del hogar, hay que arrimarse al sol que más calienta y otras muchas expresiones con el concepto de calor. Y en todos los casos es sinónimo de algo positivo, porque el calor da vida.