Una empresa es una organización que tiene como fin brindar bienes o servicios para conseguir rentabilidad. Las empresas son el motor de la economía mundial, generando las condiciones de progreso que podemos apreciar a nuestro alrededor. Las mismas han pasado por sucesivos cambios a lo largo de la historia pero puede decirse que su desarrollo y el del capitalismo van de la mano; en efecto, a pesar de que ya existían unidades económicas en el pasado que pueden recordarnos a una organización de estas características, lo cierto es que la empresa moderna es un fenómenos que se asienta en una intensificación del uso del capital para la generación de valor.
La empresa es una organización que conjuga el trabajo de las personas, capital y tierras para desarrollar distintos bienes y servicios que tienen demanda en la sociedad. Este proceso se funda en la búsqueda de una diferencia entre los costos de funcionamiento y lo obtenido como consecuencia de las ventas, diferencia denominada rentabilidad. Así, una empresa buscará bajar continuamente los costos para que la rentabilidad se mantenga o incluso se incremente a lo largo del tiempo; con este fin desarrollará nuevos procedimientos de producción, invertirá en tecnología y buscará aquellas circunstancias que hagan más beneficiosas las condiciones en todo sentido.
Una empresa puede tener distintas características de índole formal. Por ejemplo, existen las que dividen su capital social en acciones, las que se forman entre trabajadores bajo la forma de cooperativa, las que tienen socios con responsabilidad limitada, ilimitada, etc. Estas diferencias se relacionan con la manera en la que los socios establecen relaciones y en la naturaleza de dichas relaciones. En cualquier caso, no obstante, la finalidad de la empresa será siempre la provisión de bienes y servicios en el mercado, bienes y servicios que satisfacen necesidades tanto de consumidores como de otras empresas.
Es interesante comprobar que la mayoría de las empresas tienen nulo contacto con el consumidor final. En efecto, tan solo algunas pocas basan sus actividades para consumo de las personas, la mayoría tiene relaciones entre ellas sin que exista una relación directa con la población. En términos generales puede decirse que dos tercios de la economía revisten estas características. Algunos ejemplos al respecto pueden ser la provisión de insumos, la externalización de actividades productivas de otras empresas, la extracción de minerales, etc. Todas estas consideraciones dan cuenta del alto grado de complejidad que adquiere la economía hoy en día, complejidad que tiene a la empresa como principal protagonista.