Se denomina efectividad a la capacidad o facultad para lograr un objetivo o fin deseado, que se han definido previamente, y para el cual se han desplegado acciones estratégicas para llegar a él.
¿Efectividad se relaciona con eficacia? Prácticamente, efectividad y eficacia pueden usarse como sinónimos, al igual que el “ser efectivo” y el “ser eficaz”. Antes de pasar a ejemplos, sí vamos a aclarar que efectividad no es igual a eficiencia, y ya veremos porqué.
La efectividad es una capacidad que las personas ponemos en práctica casi a diario, para realizar diferentes actividades en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, tengo una lección escrita de Historia, y para ello voy a realizar resúmenes de todas las unidades temáticas que se evaluarán en la lección, con el fin de esquematizar los conceptos, y realizar cuadros comparativos, síntesis, cuadros conceptuales, etc. Si al momento de la lección, puedo responder todas las preguntas que la profesora ha dado, y aún más logro una buena calificación, quiere decir entonces que mi proceso de estudio ha sido efectivo.
Pero veamos ahora porqué decíamos que ser efectivo o eficaz no es igual a ser eficiente. Porque la eficiencia es el logro de los resultados deseados en el menor tiempo posible y con la menor cantidad de recursos posibles para llevarlo a cabo.
Es decir, para el estudio previo a la lección, si hubiese empleado otra técnica en lugar de realizar resúmenes (podrían ser ayudas memorias o lectura comprensiva) y de todas formas llegara al mismo resultado (o al menos a un resultado bueno como quería), eso sería ser eficiente, porque no sólo he logrado mi objetivo de obtener buena nota, si no que he disminuido el tiempo que le he dedicado. En el primer ejemplo, fui eficaz pero no eficiente (o poco eficiente), en cambio en el segundo logré ambas cosas: efectividad y eficiencia.
El mismo ejemplo sirve para algo que podemos observar a diario (e incluso consumir): los medicamentos. La publicidad de un medicamento para el dolor muscular promete efectividad, porque (nada más ni nada menos) logra que el dolor disminuya de manera progresiva, hasta que luego desaparece. Podemos ingerirlo, si es que tenemos dolor, y probar o no su eficacia o efectividad. Pero luego, vemos otro comercial publicitario en la televisión, de un medicamento contra el dolor muscular, que no sólo promete su disminución y luego desaparición, si no que afirma que logra ese resultado en tan solo media hora. Al ingerirlo, podemos probar entonces si además de efectivo, es eficiente.